En una reciente intervención basada en alertas ciudadanas, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y el Grupo de Protección Ambiental de la Policía Nacional realizaron un operativo en la vereda El Triunfo, Fusagasugá. Durante el procedimiento se descubrió la tala no autorizada de 24 árboles de especies nativas en un terreno perteneciente a una empresa privada.
- Le puede interesar: Comunidad y empresas públicas de Zipaquirá transforman la institución educativa La Granja
El informe emitido por los expertos de la Dirección Regional Sumapaz de la CAR detalló que entre las especies afectadas figuran el tachuelo, el diomate y el indio desnudo. Estas talas se ejecutaron sin el debido permiso de aprovechamiento forestal, requerido por la CAR como autoridad en materia ambiental. En este operativo fue capturada una persona en situación de flagrancia, presuntamente vinculada a las activas talas descubiertas.

Además, se identificó un episodio de afectación por incineración en un área aproximada de 2.420 metros cuadrados de cobertura vegetal. La CAR advirtió sobre el peligro latente de las quemas, las cuales podrían desencadenar incendios forestales debido a la resequedad del suelo y la vegetación, una situación agravada por las temperaturas elevadas de la temporada seca.
Simultáneamente, en Tibacuy, se llevó a cabo otro operativo coordinado que reveló la tala de un árbol de eucalipto, cuya madera fue empleada para fabricar postes de cerca, contraviniendo la normativa de permisos de aprovechamiento. En este caso, las autoridades lograron la detención de dos individuos.
Estos recientes acontecimientos subrayan la importancia de la colaboración ciudadana en la preservación del medio ambiente. La directora regional Sumapaz, Érika Álvarez Castañeda, enfatizó la relevancia de las denuncias comunitarias y pidió a la población seguir reportando cualquier actividad que amenace los recursos naturales.
Las acciones tomadas en Fusagasugá y Tibacuy reflejan un enfoque proactivo para combatir la explotación ilícita de recursos forestales. Las instituciones involucradas continúan trabajando para garantizar la protección de los ecosistemas, destacando la relevancia de la supervisión constante y la educación ambiental.
Este esfuerzo conjunto entre las autoridades ambientales y las fuerzas del orden pone de manifiesto la necesidad de proteger las áreas naturales de Cundinamarca frente a la degradación provocada por prácticas ilegales. La coordinación intersectorial y el compromiso ciudadano son esenciales en la lucha contra la deforestación y la conservación de la biodiversidad local.
El mensaje es claro: la defensa del entorno natural es una responsabilidad compartida, y las instituciones están dispuestas a actuar con firmeza ante cualquier infracción que amenace la riqueza ecológica de la región.