En un reciente intercambio con periodistas de medios alternativos en Armenia, el presidente Gustavo Petro manifestó su creciente preocupación por los efectos del cambio climático sobre Colombia, subrayando la situación crítica de Bogotá.
El mandatario señaló que la ciudad más grande del país enfrenta un racionamiento de agua, criticando la respuesta del alcalde capitalino, Carlos Fernando Galán, por no aplicar medidas adecuadas para lo que considera una crisis estructural.
Petro comparó la situación actual con la gestión del exalcalde Antanas Mockus, quien implementó una exitosa campaña de reducción de consumo en respuesta a un problema puntual de infraestructura. Sin embargo, según el presidente, “el problema de hoy de Bogotá no es un tubo, no es coyuntural, es estructural, es definitivo, es irreversible”, refiriéndose a la estrategia adoptada por Galán para enfrentar la crisis.
El presidente subrayó que la capital colombiana depende en gran medida de otras regiones, especialmente de la Orinoquía, para el suministro de agua. Esta región ha sido gravemente afectada por la deforestación y la expansión de actividades ilegales, impactando negativamente el flujo natural de los "ríos voladores" procedentes de la selva amazónica. Estos cambios han alterado significativamente el ciclo hídrico, poniendo en riesgo el abastecimiento de agua para Bogotá.
Petro advirtió que la crisis no puede ser solucionada solo mediante la reducción del consumo, ya que "no caerá suficiente agua para 9 millones de habitantes". Resaltó la necesidad de enfoques más profundos y estructurales para abordar la problemática hídrica.
La situación en Bogotá es alarmante, y este jueves, el alcalde Galán anunció que hasta el 21 de septiembre se decidirá si se endurece el esquema de racionamiento de agua. La medida dependerá de las precipitaciones en las zonas que abastecen las plantas de tratamiento de agua de la ciudad. Si las lluvias no mejoran, Galán anticipa que podrían implementarse medidas restrictivas más severas para asegurar el suministro.
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El alcalde Galán también solicitó al Gobierno Nacional que intervenga, pidiendo la aprobación de una mayor captación de agua desde la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca. Este incremento permitiría elevar el flujo de agua hacia las plantas de tratamiento, garantizando así el abastecimiento para la urbe.
Entre los factores que agravan la crisis se encuentran:
1. Deforestación: La disminución de la cobertura forestal en la selva amazónica y los páramos, esenciales para los sistemas hídricos de Bogotá.
2. Actividades Ilegales: La expansión de actividades ilícitas que han alterado los flujos naturales de los "ríos voladores".
3. Cambio Climático: Condiciones climáticas adversas que han disminuido las precipitaciones en áreas clave de suministro.
Ambas autoridades, tanto Petro como Galán, coinciden en la urgencia de implementar medidas para enfrentar la crisis hídrica, aunque difieren en sus enfoques. Petro aboga por soluciones a largo plazo y estructurales, mientras que Galán se enfoca en medidas inmediatas como el racionamiento y la gestión de recursos hídricos.
La crítica situación requiere una respuesta integral y coordinada para asegurar la provisión de agua a Bogotá, una tarea que demandará esfuerzos conjuntos y estrategias sostenibles para enfrentar los desafíos del cambio climático y la gestión hídrica.
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