VIDEO. La presunta jefe de la banda, alias “Sandra”, fue detenida en Mosquera. Desde cárceles realizaban llamadas extorsivas
El Gaula manejó toda la investigación una vez tuvo conocimiento de las actividades de la banda, mayormente compuesta por mujeres.
Aparentemente se encargaban de la parte operativa y de materializar los golpe a comerciantes y transportadores en Cundinamarca, Boyacá y Santander.
“Los Explosivitas”, como se les conoce en el bajo mundo, se habían especializado en un método hasta ahora desconocido en el país. Contactaban “comerciantes y transportadores a través de llamadas carcelarias, ofreciéndoles falsos y llamativos negocios para la compra de productos agrícolas”.
Una vez concretaban el “negocio” hacían desplazar a las víctimas hasta zonas rurales apartadas especialmente seleccionadas por ellos.
La trama delictiva
Antes y en algún punto del recorrido hacían que los conductores recogieran un paquete o caja la cual, supuestamente, contenía un repuesto que debía movilizar hasta otro punto.
“Durante el recorrido recibían una llamada telefónica donde se identificaban como supuestos integrantes de la guerrilla”. Les hacían creer que el paquete, en realidad, era una bomba. Que si no pagaban una gruesa suma de dinero, la haría estallar.
Los convencían de que se encontraban en zona de injerencia guerrillera. Enseguida los obligaban a suministrarles contactos telefónicos de su familia. Se comunicaban con ésta para exigirles el pago de extorsiones. Pedían entre 1 y 7 millones de pesos por no “hacer estallar la bomba”.
En realidad se trataba de un paquete explosivo falso, pero resultaba lo suficientemente convincente para obligarlos a entregarles el dinero.
Le hacían creer que a corta distancia se hallaba una persona con un control remoto desde donde podía activar el petardo.
Trabajos investigativos
Valiéndose de la experiencia, la astucia y formación y utilizando tecnología de punta los detectives lograron las primeras pistas sólidas. Sospecharon que las comunicaciones extorsivas eran realizadas desde alguna cárcel del país.
Siguieron el hilo y, poco a poco, fueron enmarcando zonas desde donde salían e ingresaban las comunicaciones sospechosas. Así también ubicaros a las cuatro mujeres que hacían parte fundamental del entramado delictivo.
A una de ellas, “Sandra”, la ubicaron en Mosquera, Cundinamarca, Los seguimientos le permitió conocer que ella sería jefes o cabeza importante dentro de la organización criminal.
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Otras tres fueron rastreadas hasta Tuta, centro oriente de Boyacá; allí las capturaron. Dentro de ellas se encontraba alias “La Negra”; era la encargada de coordinar el “cobro” o recaudo de las extorsiones.
En cuentas de las autoridades, las víctimas de este grupo pueden ascender a 10. Sin embargo, el número de afectados puede ser superior. Los mismos agentes tratan de confirmar otros sucesos del mismo tipo.
Ante esta circunstancia el Gaula formuló llamados a las comunidades para que denuncien los casos de extorsión o cualquier hecho similar. Para tienen dispuesta la línea gratuita nacional 165.