La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha implementado una medida de control ambiental que consiste en suspender las actividades de extracción en canteras a cielo abierto, ubicadas en la vereda Nemoconcito del municipio de Villapinzón. Esta acción se enmarca en el seguimiento de los procesos de manejo y protección del recurso suelo en áreas con uso agrícola y ganadero.
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Durante labores de inspección, técnicos de las direcciones regionales de Almeidas y Guatavita identificaron dos canteras que explotan arena sin contar con las infraestructuras ambientales mínimas. Estas áreas carecen de medidas preventivas como zanjas de coronación, cunetas perimetrales y sedimentadores, elementos fundamentales para mitigar el impacto durante períodos de lluvia.

La ausencia de estas estructuras ha permitido que se produzcan procesos de erosión, transporte de material edáfico y pérdida significativa de la cobertura vegetal. Los efectos sobre la integridad del suelo han sido evaluados en función de la pérdida de la estructura del material rocoso y el deterioro del horizonte orgánico.
El Plan de Ordenamiento y Manejo Ambiental de la Cuenca Alta del Río Bogotá (POMCA) establece que los predios afectados se encuentran en una subzona de uso y manejo “agrosilvopastoril”. Destacan tres aspectos claves de esta clasificación:
• Uso agrícola
• Uso pecuario
• Uso forestal
Estas actividades, en un contexto sostenible, son esenciales para el manejo adecuado de la tierra. No obstante, la explotación minera en estas áreas supone un riesgo por la pérdida irreversible de la estructura del suelo y la biodiversidad.
El director regional de la CAR, Josué Camacho, afirmó que la protección de los recursos naturales es una prioridad institucional. Según sus declaraciones, la remoción indiscriminada de tierra y roca en la minería a cielo abierto tiene efectos inmediatos sobre la capa superficial, lo cual interfiere en el funcionamiento natural del ecosistema.
La acción emprendida responde a estudios y evaluaciones técnicas que ponen en evidencia la vulnerabilidad del suelo en zonas designadas como estratégicas para la seguridad hídrica del Departamento. Esta decisión se enmarca en la necesidad de mantener la estabilidad del recurso hídrico en la cuna del río Bogotá.
Las autoridades han resaltado la importancia de acatar la normatividad vigente y las directrices establecidas en los instrumentos de planificación territorial para evitar futuros deterioros ambientales. En este sentido, la intervención apunta a prevenir daños que puedan afectar tanto el ecosistema como la oferta de recursos para la producción agrícola y ganadera.
La medida adoptada por la CAR es parte de un conjunto de acciones orientadas a garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales en los territorios de Cundinamarca. Las actividades de control ambiental continúan, orientadas a detectar y prevenir prácticas que puedan comprometer la integridad del suelo.
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