El primer debate de la reforma laboral en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes colombiana tomó un rumbo inesperado cuando se rechazó la solicitud de archivo de dicha reforma. En un giro de la dinámica legislativa, con 13 votos en contra y solo 5 a favor, los representantes demostraron una división significativa respecto al futuro laboral del país.
Este debate se vio matizado por una controversia surgida a partir de la recusación instada por la Unión de Trabajadores de la Industria Petrolera y Energética de Colombia (Utipec), quien apuntó a un aparente favorecimiento de la bancada gubernamental hacia ciertos sindicatos. Esta acusación, que prendió las alertas sobre la representatividad en la discusión, introdujo un elemento de tensión en la sesión.
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El representante Andrés Forero, en el ojo del huracán, reconoció haber permitido la entrada de Utipec al Congreso, aunque se desmarcó de cualquier previsión sobre la recusación interpuesta por el sindicato. Este incidente se produjo tras un intento fallido de organizar una sesión informal, sugerida por la representante Betsy Judith Pérez, para oír a otras centrales obreras y sindicatos.
En una entrevista otorgada a Caracol Radio, el secretario de Utipec, Carlos Eduardo Bello Vargas, expresó su preocupación. Afirmó que, si bien la reforma laboral podría traer beneficios a los trabajadores formales, existe un riesgo significativo de que entorpezca la formalización y creación de empleo.
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