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Medidas del Gobierno para detener más ataques como los sucedidos en Cali y Amalfi

por: Omar Gamboa

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*Medidas del Gobierno para evitar más ataques como los registrados en Cali, Valle, y Amalfi, Antioquia. Presidente Petro señala a una Confederación Internacional de Narcotráfico como la responsable de los violentos casos de la víspera.

Las incursiones terroristas de este jueves (21 de agosto 2025) dejan cerca de 18 víctimas fatales y, al menos, 70 personas lesionadas. El caso más dramático ocurrió en la capital del Valle mediante el estallido de un camión bomba en inmediaciones de la Base Aérea Marco Fidel Suárez.

Horas después de la escalada terrorista, el Jefe de Estado presidió una junta especial con el propósito de analizar a fondo lo sucedido, y adoptar medidas dirigidas a frenar las incursiones violentas de este tipo.

El Consejo de Seguridad observó que todo puede obedecer a un intento de los grupos criminales por fortalecer la producción y el mercado internacional de nacotráfico.

Medidas del Gobierno; ataques terroristas en Cali y Amalfi

A su vez, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, lanzó doloroso llamado para que sean adoptadas medidas severas e inmediatas con el propósito de detener y controlar las acciones terroristas de este tipo.

Dice que lo observado actualmente en el país puede haber sido facilitada por un debilitamiento de la inteligencia oficial, especialmente militar, al igual la capacidad de reacción de la fuerza pública.

Los atentados fueron perpetrados casi de manera simultánea. Ello puso en evidencia la ofensiva de organizaciones criminales que, según el presidente Gustavo Petro, operan como parte de una confederación internacional del narcotráfico.

El primer ataque, ocurrido en Cali, se dio con la explosión de un camión bomba en inmediaciones de la Base Aérea Marco Fidel Suárez. Dejó un saldo parcial de seis víctimas fatales, heridas a más de 70 y cuantiosos daños materiales.

Horas más tarde, un helicóptero de la Policía Nacional fue derribado mediante un dron cargado con explosivos en zona rural de Amalfi, Antioquia. Allí murieron once uniformados y otros cuatro resultaron gravemente heridos.

Estos hechos, calificados como uno de los mayores ataques terroristas de los últimos años, generaron una respuesta inmediata del Gobierno Nacional. La Casa de Nariño convocó un Consejo de Seguridad extraordinario para analizar la situación y establecer nuevas medidas de contención frente a la amenaza de los grupos armados ilegales.

Uno de los primeros anuncios fue entregado por el presidente Gustavo Petro. “No habrá estado de conmoción, habrá acciones concretas”, indicó, al resumir las decisiones asumidas en el Consejo de Seguridad de la noche y madrugada entre jueves y viernes.

Anunció la instalación de un Puesto de Mando Unificado (PMU) permanente en coordinación con autoridades locales y regionales, con el fin de agilizar las investigaciones y fortalecer la presencia institucional.

Petro Urrego señaló directamente a las disidencias de las FARC, particularmente la estructura Jaime Martínez, a la que catalogó como “una banda narcotraficante internacional”. Dice que esta organización mantiene “vínculos comprobados con carteles mexicanos, italianos y albaneses”. Considera que los ataques recientes podrían ser represalias por los operativos militares en el cañón del Micay (Cauca), donde se incautaron toneladas de droga y material explosivo.

“En Colombia hemos capturado capos con nexos internacionales. No podemos seguir llamando disidencias a lo que son carteles de narcotráfico con capacidad terrorista”, aseguró. Descartó cualquier posibilidad de dialogar con alias “Iván Mordisco”.

Ataque en Amalfi: drones, cocaína y el Clan del Golfo

Lo ocurrido en Amalfi fue confirmado por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien responsabilizó al Clan del Golfo del atentado. Allí, un dron impactó la estructura del helicóptero encargado de brindar seguridad a labores de erradicación manual de cultivos de coca, lo que provocó que la aeronave se precipitara en la vereda Los Trozos.

Fuentes de inteligencia revelaron que el ataque se produjo poco después de un operativo de incautación en el Urabá antioqueño, donde la Policía había decomisado una tonelada y media de cocaína al cartel. “Esta es la reacción de un grupo narcotraficante que actúa con sevicia y que será enfrentado con toda la contundencia del Estado”, dijo el ministro.

“Se requiere fortalecer la inteligencia militar”

Por su parte, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, expresó su indignación y pidió medidas urgentes para contener la escalada de violencia. “Lo que vimos ayer en Cali fue una acción terrorista que evidencia fallas graves en la inteligencia militar y en la reacción de la fuerza pública. No podemos permitir que la ciudadanía viva bajo esta amenaza permanente”, declaró.

Insistió en que la ciudad necesita mayor inversión en seguridad y presencia institucional. Subrayando que la capital del Valle ya ha sido escenario de ataques previos en los últimos meses por parte de grupos armados que buscan controlar corredores estratégicos del narcotráfico.

Algunos sectores consideran como grave equivocación el desmonte de la Fuerza de tareas Conjuntas cuyas misiones, mientras estuvieron vigentes, dejaron buenos resultados en los trabajos contra el terrorismo.

Sucesión de hechos violentos

Los ataques de Cali y Amalfi no son hechos aislados. En lo corrido del año, distintas regiones del país han enfrentado acciones similares por parte de grupos narcotraficantes y armados ilegales.

En Jamundí, Valle, un carro bomba explotó frente a una estación de Policía, dejando cuatro uniformados muertos y más de 20 heridos en junio pasado. La disidencia Jaime Martínez se adjudicó la acción.

Un mes antes, en mayo, una patrulla del Ejército fue atacada con explosivos, causando la muerte de cinco soldados en Argelia, Cauca. Hace un año, en Cúcuta, el 14 de junio, un atentado con carro bomba contra la Brigada 30 del Ejército dejó 36 heridos, en un hecho atribuido a estructuras del ELN.

Por esos mismos días, en Tumaco, Nariño, ocurrió un enfrentamiento entre grupos residuales de las FARC y el Clan del Golfo; dejaron al menos 12 muertos, en medio de una disputa por el control de rutas hacia Centroamérica.