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Penosa tarea: continúa atención de desastre por avalancha en Bello, Antioquia

por: Evelyn Gaona

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Avalancha en Bello, Antioquia, deja, al menos, 10 muertos este miércoles, 12 horas después de la tragedia, las autoridades hablaban de 15 desaparecidos. Organismos de socorro continuaban trabajos dentro de los escombros en el barrio El Pinar epicentro de la emergencia.

Los más recientes informes hablan de la destrucción de, por lo menos, 10 viviendas alanzadas por la avalancha presentada hacia las 3 y 25 de la madrugada de este martes en Bello, colindando con el norte de Medellín.

Una tragedia sin precedentes sacudió la madrugada del martes al municipio de Bello, en el Valle de Aburrá, cuando un alud de tierra sepultó al menos diez viviendas en el barrio El Pinar, dejando un saldo preliminar de 10 personas muertas, 15 heridas y 15 desaparecidas. La emergencia ocurrió alrededor de las 3:25 a.m., momento en que los habitantes sintieron una vibración tan fuerte que muchos pensaron que se trataba de un sismo.

“Se sintió como un temblor de tierra, pero muuuuuy fuerte, como si fuera ahí mismo; el perro estaba desesperado, aullaba, y los árboles hacían un sonido como crac, crac”, relató Yenifer Yalí, vecina del sector que logró sobrevivir al desastre y se unió a las labores de rescate junto a otros pobladores. Su relato da cuenta de la magnitud del deslizamiento que, en cuestión de minutos, cubrió completamente varias viviendas y arrasó con todo a su paso.

Testimonios y drama comunitario

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El ambiente entre los vecinos es de angustia, desesperación y tristeza. Según relatan algunos sobrevivientes, los gritos de “¡se viene el morro!” retumbaron en medio de la oscuridad de la madrugada, cuando los primeros signos del derrumbe activaron una carrera por la vida. Mientras unos trataban de salvar electrodomésticos o colchones, otros huían despavoridos en busca de refugio, sin tener certeza del alcance de la tragedia.

En medio de los escombros, algunos residentes buscaron a sus seres queridos con las manos, sin ayuda técnica. Tal fue el caso de Paula, su esposo Ricard y sus hijos. Yenifer cuenta que la pareja fue sorprendida por el alud mientras dormía: “Como que a la muchacha la encontraron en pijama, como que no sintió lo que le cayó encima. Y el esposo como que trató de poner a las niñas a salvo, pero en esas se le vino encima la avalancha”.

Entre los sobrevivientes se encuentran también una mujer de la tercera edad conocida como doña Marina, dueña de una tienda del sector, quien fue rescatada en mal estado de salud a las seis de la mañana, y un hombre de la Costa, quien fue hallado con graves heridas mientras aún se busca a su esposa.

Respuesta institucional y medidas adoptadas en Bello

La alcaldesa de Bello, Lorena González, confirmó que más de diez viviendas han sido evacuadas por presentar riesgo estructural, y cerca de 1.000 personas fueron desalojadas de manera preventiva. Además, indicó que cinco puntos de atención se habilitaron para albergar a los damnificados, entre ellos: la Junta de Acción Comunal Regalo de Dios, Oasis de Paz, la Piscina de Euclides, el colegio Fe y Alegría Grigelmo y la Casa Betania y San Juan de Luz en Zamora.

En articulación con la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín y organismos de socorro como la Defensa Civil, el Ejército Nacional, la Policía y el DAGRD, se avanza en las labores de búsqueda, remoción de escombros y evaluación del terreno.

Sin embargo, las persistentes lluvias dificultaron los esfuerzos de rescate y obligaron a suspender temporalmente las operaciones por riesgo de nuevos deslizamientos. Según informaron las autoridades, los cuerpos sin vida y los heridos están siendo trasladados inicialmente a la sede comunal de Altos de Oriente, donde se concentra la atención de la emergencia.

Posibles causas y antecedentes

Aunque los análisis técnicos aún no concluyen, algunos habitantes del sector señalan como posible causa del deslizamiento la presencia de marraneras en la parte superior del morro, donde hay tanques que almacenan agua de quebradas y que, en caso de taponamiento, podrían haber contribuido a la saturación del terreno y el colapso de la ladera.

La zona afectada, caracterizada por asentamientos informales, construcciones en tabla y viviendas levantadas sin planificación urbana ni estudios geotécnicos, ya había sido escenario de un evento similar hace dos o tres años, aunque de menor magnitud. La situación evidencia la vulnerabilidad de los habitantes frente a riesgos naturales, especialmente en áreas de transición entre lo urbano y lo rural.

Este no es un caso aislado. En los últimos meses, eventos similares han ocurrido en varias zonas del país. En febrero, un deslizamiento en Quetame, Cundinamarca, dejó al menos 15 muertos y 20 desaparecidos. En abril, en la vereda El Naranjal de Manizales, otro alud de tierra dejó ocho fallecidos y varias viviendas destruidas. En todos los casos, las construcciones en zonas de alto riesgo y la falta de gestión preventiva han sido factores determinantes.

Acciones futuras y llamado de la comunidad

Maquinaria amarilla y expertos de la Alcaldía de Bello y el Dagran trabajan para identificar puntos de riesgo, establecer las causas exactas de la tragedia y buscar una tubería de acueducto subterránea que podría haber influido en el colapso. Las autoridades han señalado que la prioridad es evitar una nueva emergencia, garantizar la seguridad de los rescatistas y brindar atención humanitaria a los afectados.

La comunidad, por su parte, clama por ayuda urgente. “Lo que necesitamos es que nos ayuden con palas y picas, porque donde esto se siga viniendo, los mismos que estamos escarbando podemos chupar”, expresó Yenifer con preocupación, mientras espera que las labores de rescate se reanuden con prontitud.

La tragedia en Bello vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de revisar los asentamientos irregulares, implementar medidas de prevención del riesgo más estrictas y garantizar una reubicación digna para quienes viven en zonas vulnerables. Mientras tanto, decenas de familias aguardan noticias de sus seres queridos atrapados bajo toneladas de tierra y esperanza.