Un anuncio reciente del alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha provocado un revuelo considerable en los municipios de Cundinamarca. La nueva medida, que aplicará pico y placa para carros matriculados fuera de la capital, ha sido recibida con una mezcla de comprensión y fuerte cuestionamiento por parte de las autoridades y propietarios de vehículos de la región.
La raíz del conflicto: Una decisión unilateral en tiempos de integración
La preocupación capitalina se centra en la contribución de los vehículos foráneos a la contaminación ambiental, la congestión vehicular, el alto índice de accidentes y el progresivo deterioro de la malla vial bogotana. Sin embargo, la objeción principal de los líderes de Cundinamarca no radica necesariamente en la premisa ecológica o de movilidad, sino en la forma en que se anunció la decisión: la medida no fue ni socializada ni consultada con los municipios vecinos.

Este punto de conflicto es particularmente sensible en el marco de la construcción de la Región Metropolitana. Varios líderes y propietarios de vehículos han cuestionado que, mientras se promueve la integración regional, la decisión unilateral de Bogotá da la impresión de que a la capital “no le importa Cundinamarca”.
El alcance del pico y placa anunciado incluye dos determinaciones principales. En primer lugar, se aplicará el pico y placa dos sábados al mes para todos los vehículos matriculados fuera de la capital, iniciando en el primer semestre de 2026. En segunda instancia, se implementará un incremento al valor del pico y placa solidario, el cual oscilará significativamente, ubicándose entre el 20 % y el 50 % para los carros matriculados fuera de Bogotá.
Las cifras que preocupan a Bogotá: Éxodo de matrículas y pérdidas billonarias
La preocupación de la administración bogotana se sustenta en cifras contundentes relacionadas con la disminución en la matrícula de vehículos en la capital. Datos oficiales indican que la participación de Bogotá en la matrícula nacional ha caído drásticamente, pasando de un 37,3 % en 2014 a solo un 13,7 % en 2024. Según el propio alcalde Galán, esta caída ha representado una pérdida económica de 1,1 billones de pesos para la capital en la última década, recursos que, según la Alcaldía, son esenciales para el mantenimiento de las vías y la operatividad del sistema de semaforización.
De hecho, los datos de matrículas del año 2025 ilustran claramente el éxodo de registros fuera de la capital, mostrando que hoy en día se matriculan más carros en un solo municipio de Cundinamarca, Funza (71.038), que en Bogotá (45.414). Otros municipios con altas cifras de matrícula incluyen Soacha (37.182), Mosquera (35.721), Madrid (32.562), Girardot (10.213), Chía (8.875) y Zipaquirá (7.602).
Reacciones en Cundinamarca: Advertencias de discriminación y llamados a la coherencia

Las reacciones de las autoridades cundinamarquesas no se hicieron esperar. El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, expresó su desconocimiento total de la propuesta y advirtió sobre las posibles consecuencias para el trabajo regional. El mandatario sostuvo que, si la decisión se mantiene con este alcance, “podría sonar discriminatoria” en el contexto del interés de cooperación regional. El gobernador agregó con un tono de preocupación: “a Bogotá muy seguramente le duele algo y nosotros no sabíamos que le doliera tanto. Ahora vamos a hablar para ver si encontramos el remedio para esas dolencias”.
Por su parte, el alcalde de Soacha, Julián Sánchez Perico, manifestó su sorpresa a través de su cuenta de X, indicando que la medida los impacta directamente y lamentando la falta de socialización con los municipios de la región. Sánchez Perico hizo un llamado a la coherencia, recordando que, en otras ocasiones, “cuando la Nación ha tomado decisiones sin concertación, Bogotá ha alzado la voz”. El alcalde de Soacha reafirmó su convicción de que su región “hace parte de una región” y que es fundamental construir soluciones de manera conjunta.
La medida tiene un impacto directo en todos los propietarios de vehículos matriculados en Cundinamarca que necesitan trasladarse a Bogotá durante los días sábado. Las cifras son significativas: se estima que este grupo de vehículos foráneos equivale al 30 % del parque automotor total que transita diariamente por las vías de la capital. De aplicarse el pico y placa sabatino, la situación se tornará delicada para cientos de conductores de Cundinamarca que utilizan este día para realizar diligencias personales, compras, o para asistir a sus lugares de trabajo y estudio en Bogotá.
El debate apenas comienza. Se espera que en los próximos días las autoridades de Cundinamarca busquen un encuentro directo con el alcalde Galán para compartir sus inquietudes y “intentar convencerlo de reversar la medida” que amenaza la dinámica económica y social de la región.







