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Capturada “La Reina del Sur”: sería responsable de narcotráfico en Bogotá y Cundinamarca

por: Sala de Redacción

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Una Agente descubrió toda la operación. Policía y Fiscalía investigan la aparente responsabilidad de “La Reina del Sur” y su banda. La organización fue capturada. Varias pruebas indican que son responsables de narcotráfico en Soacha, Cundinamarca, y el sur de Bogotá. La Jefe de la bandola escapó hacia España.

Informaciones preliminares apuntan a que todo el grupo manejaba importante mercado en ese par de territorios, actividad que les dejaba utilidades cercanas a los 600 de millones de pesos al mes.

Con la organización dieron unidades Sijin de la Policía  y Fiscalía mediante investigaciones adelantadas a lo largo del último año. Emprendieron las averiguaciones luego de recibir algunas pistas sobre la existencia del grupo, y sus posibles vínculos con el narcotráfico.

En principio, agentes especiales antinarcóticos recibieron datos sobre movimientos sospechosos de un par de personas. Todo indicaba que podrían ser abastecedores de alucinógenos, al igual que vendedores al menudeo.

Los primeros detalles de toda la operación se conocieron mediante reporte del comandante de la Policía Cundinamarca, coronel Edwin Urrego Pedraza.

Inician trabajos de inteligencia

Coronel Edwin Urrego Pedraza, comandante Policía Cundinamarca

Decidieron montar operativos especiales que incluían seguimientos. Por varias semanas los mantuvieron bajo observación. Ese trabajo les permitió detectar a más personas aparentemente comprometidas en la misma actividad.   

Se dieron cuenta que podían estar frente a algo mucho más grande. Evaluaron la información y acordaron incluir en la lista de sospechosos a otras personas.

Adelantaron seguimientos y, poco a poco, dibujaron el organigrama de la banda. Supieron en qué sitios almacenaban las mercancías, en dónde las producían y cuáles eran los procedimientos y canales de distribución.

Se dieron cuenta que algunos de los integrantes de la organización salían de los centros de almacenamientos con bolsas de las mismas características. Comprobaron que se trataba de los surtidores y que se dirigían a proveer a los pequeños vendedores.

Este trabajo casi siempre lo realizaban mujeres. Ellas aparentaban encontrare en jornada de compras.  Por esa razón empleaban bolsas similares a las utilizadas en algunos almacenes. Generalmente eran talegas nuevas; trataban de eliminar cualquier sospecha.

La seguridad ante todo

Casi siempre, los distribuidores llegan a sitios específicos y mediante llamadas coordinaban la entrega. Los “jíbaros”, a su vez, recogían las mercancías y partían hacia las zonas asignadas por la organización.

Habitualmente cumplían la diligencia en taxi. Buscaban asegurarse que no iban a tener algún inconveniente que permitiera la pérdida de la mercancía. No descartaban la posibilidad de ser víctimas de atraco, u otras actividades ilegales muy comunes en esos sectores.

La Policía, a la vez, se percató de que la operación era mucho más grandes, razón por la cual decidieron ampliar el trabajo investigativo. Acordaron infiltrar uno de los suyos dentro de la bandola.

Por varias razones se dieron cuenta que lo mejor era asignarle la misión a una mujer. Así lo hicieron. Buscaron el mejor perfil dentro del grupo. Tenía que ser una agente con características especiales. La Patrullera escogida, literalmente, hizo parte de la banda durante un año.

Ese trabajo les permitió conocer pormenores de la organización; el trasfondo de los movimientos del grupo. Mediante esa estrategia supieron que importantes volúmenes de estupefacientes provenían del sur del país.

Al sur del país

La tarea investigativa llevó a la Agente hasta Miranda, Cauca. Allí, según parece,  “tenían cultivos y laboratorios para el procesamiento de narcóticos”.

Ya dentro de la organización, la Policía hizo el trabajo como debía ser. Demostró inmensa capacidad para resolver su misión. Se ganó la confianza de alias “La Señora”. Ella era la líder  de esta estructura criminal. A su lado permanecían “Marina”, “Angélica”, “Pocholo” y “Duván”.  

Ejecutando bien su rol, la investigadora hizo que le asignaran una tarea de “especial confianza”. La encargaron de trasportar los cargamentos de “cocaína, bazuco y marihuana, desde el Cauca a diferentes departamentos del país”.

Mediante ese trabajo la Patrullera de la Seccional de Investigación Criminal logró acopiar material probatorio, lo cual hizo posible culminar con éxito la llamada operación “Apolo”. Su trabajo fue clave a la hora de argumentar las órdenes de captura contra los integrantes de “La Reina del Sur”.

Todo el material probatorio de la Mujer Policía justificó las acusaciones contra la banda bajo los cargos de concierto para delinquir agravado y fabricación, tráfico o porte de estupefacientes.

Las autoridades pudieron establecer que la bandola participaba en toda la cadena criminal. Intervenían desde  el cultivo, producción y distribución de cocaína en el Cauca, Soacha, varias poblaciones de Cundinamarca y sur de Bogotá. Algunas acciones criminales alcanzaron al Huila.

Utilidades de la acción criminal

Estimativos de las autoridades indican que el grupo recaudaba semanalmente $150 millones; es decir, $600 millones al mes por la venta de cocaína, base de coca o bazuco y marihuana.

La organización se tenía confianza y se mostraban segura de ir camino a constituirse en una de las organizaciones criminales más poderosas dentro del territorio que manejaban. De lo anterior concluyeron las autoridades al buscar una respuesta al remoquete de “La Reina del Sur”.

Así se autodenominaban en una especie de adulación a alias “La Señora”, la líder de la organización, quien finalmente huyó hacía España en un intento por escapar del cerco policial.

Lo más probable que la jefe de la bandola, a quien también llaman alias “Yudi”, sea capturada y extraditada a Colombia la próxima semana. Es requerida por la Interpol.  

El organigrama de la banda

De acuerdo a las pruebas alcanzadas por los investigadores, dentro de “La Reina del Sur” aparecen dos poderosas figuras, ambas mujeres, quienes, presuntamente, dominaban la acción criminal.  Lo paradójico es que, precisamente, una persona de su mismo género las puso tas las rejas.

Una de las acusadas es María Claudia M.  A:, “La Señora”, encargada de coordinar la producción, adquisición y trasporte de las sustancias en Miranda, Cauca.

También aparece Angélica Enevied C. P., alias “Angélica”, quien tendría la misión de recibir las mercancías en Soacha, Cundinamarca. Luego, ella,  manejaría la distribución de los narcóticos en esa misma ciudad y el sur de Bogotá.

Alias “Pocholo”, o  Luis Fernando H. B., habría sido designado por “La Señora”, para tomar parte en los envíos de la droga desde el Cauca hacia centro del país.  Igual, tendría la misión de  acompañar su transporte y evitar controles de la fuerza del orden.

Jepherson Duban M. T., aparentemente actuaba como conductor  de un vehículo de servicio público. En su automotor era  movilizada la droga en Cundinamarca y Bogotá.

Marina P. R., alias “Marina”, fue detenida “en situación de flagrancia”. Su misión era la de  almacenar las sustancias dosificadas en su vivienda.

Cuatro de los procesados deberán cumplir media de aseguramiento en centro carcelario. “Marina” permanecerá con detención domiciliaria.

Se supo que la Policía tanto de Bogotá como de Cundinamarca adelantan más investigaciones con el propósito de conocer si existen más personas comprometidas en estas actividades.