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CAR: campaña para proteger fauna y su hábitat en Cundinamarca

por: Omar Gamboa

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*CAR: emprendió procesos dirigidos a defender la fauna y su hábitat en Cundinamarca. Dispuso tareas luego de comprobar la presencia de un ejemplar de jaguar adulto en zona boscosa entre Apulo, Tocaima, un sector de la cuenca baja del Río Bogotá.

La ubicación del felino fue posible en virtud de un trabajo activado por la Corporación Autónoma Regional, siguiendo el interés por desarrollar misiones en esa dirección.

Comprobaron la existencia de este espécimen, mediante análisis de “cámaras trampa” instaladas recientemente con el propósito de cumplir una de las tareas considerada fundamental en la misión de la CAR.

Trabajos similares vienen siendo desarrollados en diferentes áreas tanto de Cundinamarca como de Boyacá. La agenda establece compromisos fundamentales en defensa de la flora y fauna del centro del país.

CAR en defensa de fauna y su hábitat en Cundinamarca

Ratificada la noticia, fue puesta en marcha una estrategia dirigida a garantizar la protección del felino, al igual que de otras especies propias del centro del país. Fue captado por cámaras trampa en un sector boscoso ubicado en la cuenca baja del río Bogotá; marca un hecho ambiental de gran relevancia para la región y el país.

La detección se produjo tras múltiples reportes ciudadanos recibidos desde el pasado 13 de mayo. Ante las alertas, un equipo técnico de la Corporación, en compañía de propietarios de predios de la zona, realizó inspecciones en terreno.

Durante la visita inicial se encontraron huellas y rastros compatibles con un gran felino, asunto que llevó a la instalación de 10 cámaras trampa para confirmar la información. El resultado fue contundente: imágenes y videos que evidencian la presencia del ese animal salvaje.

Alfred Ignacio Ballesteros, director general de la CAR, destacó lo sucedido como una señal alentadora sobre el estado de conservación de los ecosistemas locales.

“Desde el momento en que tuvimos conocimiento de la presencia del espécimen desplegamos acciones con nuestros expertos para iniciar un monitoreo constante y el análisis de su comportamiento”, indico.  Tras ello, entró a definir las acciones necesarias para protegerlo, siempre priorizando la seguridad de las comunidades y la conservación de la especie, según indicó el funcionario.

El jaguar es considerado el felino más grande de América y juega un papel clave en el equilibrio ecológico, ya que regula las poblaciones de otras especies y mantiene la salud de los ecosistemas. Sin embargo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo clasifica como especie “vulnerable”, debido a la pérdida de hábitat, fragmentación de corredores biológicos y la cacería ilegal.

Medidas de protección

Tras comprobar la noticia, la autoridad ambiental extendió llamado urgente a los habitantes de Cundinamarca y zonas aledañas, a fin de que hagan lo necesario dentro de los programas de protección de especies como esta.

Recomendó no acercarse, capturar o cazar al jaguar, al igual que reportar cualquier avistamiento o indicio de su presencia a través de la línea CAR 316 5244031.Igualmente propusieron evitar prácticas que degraden el bosque y las fuentes hídricas.

Recordó Ballesteros que dañar o cazar fauna silvestre es un delito ambiental en Colombia, sancionable con multas económicas y penas de cárcel. “Tenemos más de seis felinos rescatados y rehabilitados en nuestro Centro de Atención y Valoración (CAV) en Tocaima que pronto serán devueltos a su hábitat”, subrayó.

Otros avistamientos en Cundinamarca y Boyacá

Este no es el primer hallazgo de jaguar en zonas de la jurisdicción de la CAR. En los últimos años se han registrado episodios similares. Hace tres años (2022), en la Provincia de Magdalena Centro, Cundinamarca, fue ubicado un jaguar en áreas rurales cercanas a Caparrapí y Guaduas: en seguida, fue implementado un corredor de conservación junto con organizaciones ambientales.

Un año antes, en el 2021, cámaras trampa captaron un ejemplar en la Serranía de Las Quinchas, zona estratégica para la conectividad entre ecosistemas del Magdalena Medio y los Andes.

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Otro tanto ocurrió en los departamentos del Meta y Casanare recientemente. Entidades ambientales confirmaron la presencia de jaguares en los Llanos Orientales, donde enfrentan amenazas por la ganadería extensiva y la pérdida de bosque.

Estos registros demuestran que, aunque la población de jaguares se ha reducido, la especie sigue utilizando antiguos corredores biológicos, algunos de los cuales pasan por zonas de Cundinamarca y Boyacá.

Para los expertos, estos hechos demuestran varios aspectos positivos dentro del interés por brindar efectiva protección a la fauna colombiana en peligro. En efecto, el jaguar no solo es un símbolo cultural y natural de América Latina, sino también un depredador tope fundamental para el equilibrio ambiental.

Al encontrarse en la cúspide de la cadena alimenticia, controla poblaciones de herbívoros y otros depredadores medianos, evitando la sobreexplotación de recursos vegetales y manteniendo la estructura de los ecosistemas.

Su presencia en la cuenca baja del río Bogotá indica que todavía existen áreas con buena cobertura vegetal y disponibilidad de presas naturales como pecaríes, venados y armadillos, elementos esenciales para su supervivencia.

Riesgos que enfrenta el jaguar en Colombia

Según los expertos, el jaguar enfrenta múltiples amenazas en el territorio nacional: la deforestación es una de ellas. La cacería ilegal también pasó a ser un elemento de riesgo para este espécimen.

Otro aspecto que lo pone en riesgo es la pérdida de sus corredores biológicos, especialmente por la expansión de áreas urbanas y la implementación de carreteras sin tener en cuenta la necesidad de la fauna.

Ante esta circunstancia, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, al igual que otras entidades del mismo orden, llamaron la atención de las comunidades a fin de que adopten medidas especiales.

Solicitaron mantener distancia y no intentar fotografiarlo de cerca, al igual que evitar confrontaciones o ruidos que puedan estresarlo. En caso de avistamiento, informar a las autoridades ambientales. Igual, deben ser adoptadas medidas de protección al ganado y animales doméstico mediante la instalación de cercas y encierros nocturnos para prevenir ataques.

Dice la experiencia que estas prácticas han demostrado ser efectivas en zonas como el Magdalena Medio y los Llanos, donde comunidades campesinas han aprendido a convivir con el felino.