Hoy en día, en la mayoría de las familias, ambos padres trabajan y muchas veces no dan abasto con las tareas que deben realizarse en el hogar. Por eso, es necesario que todos los integrantes de la familia colaboren, tanto adultos como niños.
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Los más pequeños deben aprender a acomodar su habitación, a preparar las cosas para la escuela, a poner la mesa a la hora de comer y, muchas veces, a cocinar algunas cosas simples. La idea no es sobrecargarlos ni que de un día para el otro asuman demasiadas responsabilidades; debe ser un proceso paulatino e incluso divertido. A continuación, dejamos una serie de consejos que seguramente ayudarán en esta tarea.
Enseñar a través del juego
La mejor forma de que los niños aprendan es mediante juegos participativos en los que, mientras se divierten, puedan adquirir algunos conocimientos. Por ejemplo, para introducirlos en el mundo de la cocina, una buena idea es incorporarlos como ayudantes mientras hacemos la comida, pidiéndoles que realicen algunas pequeñas acciones para luego ir aumentando gradualmente el nivel de dificultad.
Otra posibilidad son los juegos para cocinar online en los que los niños pueden aprender a comprar ingredientes, a preparar deliciosos platos de otros países, a ser chefs en la cocina de un restaurante o atender a los clientes para recibir sus pedidos.
¿Por dónde empezar
Sin lugar a dudas, el mejor lugar para que comiencen a asumir responsabilidades es su propio cuarto. Allí deberán atender distintas tareas como tender la cama, ordenar sus juguetes, guardar la ropa limpia, llevar al lavadero la ropa sucia y acomodar el espacio de estudio.
En un primer momento necesitarán que los padres colaboren para que aprendan lentamente cómo realizar cada una de estas actividades. Siempre es conveniente que todo comience como un juego, por ejemplo a la hora de tender la cama pueden previamente armar una carpa o hacer una pequeña guerra de almohadas, para que en un ámbito de felicidad y diversión se sientan más predispuestos.
Armar un calendario
Una buena idea es crear un cronograma en familia. Lo mejor será que el mismo se elabore de manera participativa de forma tal que todos los integrantes, antes de comenzar cada mes, armen un calendario en el que se irán repartiendo las tareas.
Sólo hace falta una cartulina, lápices de colores y un listado de las actividades que deben realizarse para lograr el orden y la limpieza del hogar. Su planificación tiene que ser un momento divertido y lo más democrático posible, para que los más pequeños se entusiasmen con su elaboración y asuman algunas responsabilidades.
Además, pueden incorporarse fechas importantes como cumpleaños, fiestas y paseos programados que los motiven. Es importante que el cronograma sea colocado en un lugar visible para que día a día puedan verlo y reconocer aquello que les toca hacer.
Estas son algunas acciones simples con las que poco a poco se introducirán en el mundo de las responsabilidades. Seguramente, sobre la marcha surgirán otras ideas que enriquecerán esta grata experiencia familiar.
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