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Se le enojó el otro patrón

por: Omar Gamboa

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“Es un buen chico mi Viejo”. Queda visto que Estados Unidos no tiene amigos sino intereses. Ese regaño a Duque ni es inocente ni es gratisLa actitud prepotente de Trump se descarga ahora contra el Presidente de Colombia.

Opinión

Por: Octavio Quintero

Y, dese por seguro que aceptará sumiso la orden de reducir los cultivos de coca al precio de envenenar el medio ambiente colombiano en el que se desenvuelve no solo la flora y la fauna silvestre y doméstica sino la vida de millones de familias campesinas que, no teniendo otra alternativa de subsistencia, siembran coca porque a la Colombia profunda llegan los narcotraficantes, pero no el Estado.

Y, el reclamo que debiera hacerle el Gobierno colombiano, es lo que este truhan que preside el país más poderoso del mundo, le dice al “buena gente” de Duque: “no ha hecho nada por nosotros”.

¡Es el colmo!: quien no ha hecho nada por nosotros es Estados Unidos, el mayor consumidor de cocaína del mundo al que le ofrendamos, día tras día, las vidas de nuestros soldados y policías; las de altos, medianos y bajos funcionarios públicos y las mismas ilusiones de equivocadas personas que, al igual que los campesinos en la Colombia profunda, no encuentran en el abigarrado entorno urbano de qué más vivir, sino de aventurar el paso de algunos kilos de coca al exterior, así sea en sus propias partes nobles y vientres.

Siempre nos hemos preguntado, obviamente sin respuesta, ¿dónde están los Pablo Escobar de Estados Unidos? ¿Dónde los cárteles que aquí nos bautizan de “Medellín” y de “Cali”, o en México, de “Sinaloa”? No existen: la gran distribución de 1.000 o más toneladas de coca al año que consumen cerca de 2 millones de estadounidenses de élite, parecen distribuidas por una mano invisible.

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos pueden seguir, uno a uno, los narcotraficantes y sus conexiones en Colombia, y reclamarlos en extradición reservándose, además, las pruebas del delito; pero no tienen ni idea quien distribuye en las calles de Nueva York o Washington; en los clubes, bares, escuelas y colegios la más pura coca que llega desde Colombia directamente a sus narices.

¡No me crean tan pendejo! Esa queja del truhan tiene doble propósito: (1) Abrirle el gran mercado de 200.000 hectáreas de coca en Colombia al glifosato que se produce en EE.UU., entre 3 y 5 dólares el litro, según la concentración del veneno letal; (2) elevar el precio de mercado al consumidor, valor que se queda casi todo en los bancos estadounidenses apalancando la mayor economía del mundo.

Y otra pregunta sin eco, cabe aquí: ¿Esa campaña mundial liderada por EE.UU. contra el lavado de activos, tiene aplicación dentro de su sistema financiero? ¡Tampoco se está haciendo nada al respecto?

No se requiere mucho esfuerzo mental para convenir en que el gran beneficiado del narcotráfico es Estados Unidos. Todo lo que hacen directa o indirectamente sus sucesivos gobiernos, relievado por el grotesco Trump, es en defensa del gran negocio de exportación legal e ilegal de armas y químicos y de blanqueo en su economía de miles de millones de dólares.

¿Por qué no se habla nunca ni se acepta siquiera la posibilidad de considerar la despenalización del narcotráfico como incentivo del gran negocio? Ese regaño a Duque ni es inocente ni es gratis…

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