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Hay que apoyar a los estudiantes

por: Omar Gamboa

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Hasta aquí llegó mi carrera universitaria, dijo y colgó el teléfono. Confundido se sentó frente al computador. ¡Qué noticia!: los viejos no tienen la culpa, ya no pueden pagarme la próxima matrícula y, por los costos, estudiar en una universidad privada, ¡imposible!   Opinión Por: Por: Guillermo Salazar Jiménez Fuente: El Quindío Vía: REDGES/Arnoldo Ramírez Cantidad por calidad. Las universidades públicas acogen a los estudiantes de bajos recursos, quiénes compiten por los pocos cupos frente a la alta demanda. Las privadas aumentan en número de acuerdo con la consolidación de un modelo de desarrollo que privilegia la privatización del servicio público. Bajo la premisa de extender la cobertura y libertad de oferta, la política oficial permite que la proliferación de universidades privadas, sin experiencia académica y científica, crezca en oposición a la consolidación de las públicas y deterioro de la calidad educativa. ¿Por qué el estado permite mayor número de universidades privadas antes que públicas? Una de las fatales consecuencias de dicho efecto se aprecia en la realidad de la financiación estatal, evidenciada en la actual lucha de los estudiantes contra la falta de recursos y la deuda histórica. Básicamente la universidad pública colombiana se financia con aportes oficiales, rentas propias y otros ingresos. Si las partidas oficiales representan más del 50% del presupuesto total, a las universidades les corresponde a través de matrículas, investigación, educación continuada, servicios de extensión y rentas propias, conseguir lo restante para cumplir su función social. La oferta pública compite con la privada tanto en número de universidades como en posibilidades financieras. La proliferación de universidades privadas inclina la balanza hacia la privatización de un servicio público necesario para el desarrollo científico y económico del país. En Bogotá hay 7 universidades públicas y 55 privadas; es decir 23 más que el total de las 32 públicas del país. En Antioquia se reportan 7 universidades públicas y 48 privadas, mientras que en Valle existen 6 públicas y 25 privadas. Tal desbalance cuantitativo se aprecia en nuestra región, Quindío tiene una universidad pública y 6 privadas; Risaralda cuenta igualmente con una pública y 9 privadas, en tanto que Caldas comporta 3 universidades públicas y 5 privadas. Realidad comparable con nuestro continente suramericano. Algunas capitales como Buenos Aires reportan 15 universidades públicas y 36 privadas; Santiago 5 públicas y 31 privadas; Quito 7 públicas y 23 privadas; Montevideo 5 públicas y 16 privadas. Ver www.altillo.com. ¿Qué hacer? … Apoyar las demandas actuales de los estudiantes por mayor y adecuada financiación de la universidad pública. El futuro depara una situación financiera traumática, porque existe la presunción legal, económica y social que la financiación de los estudios profesionales recaiga con mayor responsabilidad en familias y los propios estudiantes. Pero no se trata de negar la democratización de la oferta institucional, sino de equidad en el acceso, con iguales oportunidades de alcanzar una formación de calidad. Existe una enorme cantidad de universidades privadas que ofrecen programas tradicionales, sin fundamento investigativo y con usual rutina pedagógica, financiadas por entidades o grupos sociales que pretenden la ganancia económica por encima de la calidad formativa. *Imagen tomada de El Espectador *Encuentre y reciba más información de Cundinamarca uniéndose al fan page:  https://goo.gl/13uuPz *Espacio publicitario