Sin duda alguna la aparición del Covid-19 logró cambiar todos nuestros esquemas, ahora no solo debemos cuidar nuestros hábitos de desplazamiento, la alimentación, formas de relacionarnos socialmente, hasta la forma de vestir.
Esa situación logró del mismo modo un vuelco en la moda, las marcas reconocidas a nivel mundial están inundadas de la mercancía que no han podido vender.
Algunos fenómenos que te sorprenderán:
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La casa del virus está en alza
Las predicciones del Boston Consulting Group indican que mientras la industria de lujo se tambalea en general, la demanda china crece un 30%, ya que sus habitantes han vuelto a la mentalidad de consumo previa al virus.
Además, las importantes compras de los chinos en Duty Free quedarán limitadas a sus aeropuertos ante la imposibilidad de viajar.
En contrapartida, en Estados Unidos y Europa se estima que las ventas de artículos de lujo y de Duty Free sufrirán una caída entorno al 40%.
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El estilo Silicon Valley chic
Los atuendos “uber-casual” que mezclan chinos o vaqueros con sudaderas con capucha, jerseys y blazers ganan terreno.
Ellas huyen de las prendas de temporada y compran colecciones disponibles.
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Sufren los grandes almacenes
Algunos de los históricos grandes almacenes estadounidenses están en riesgo de desaparecer.
Tal es el caso de los históricos Neiman Marcus en Estados Unidos, que se declararon en bancarrota el día 4 de septiembre, de Karstadt Kaufhof en Alemania que cierra 62 de sus 172 tiendas y de sus equivalentes en Japón. Los clientes huyen de aglomeraciones.
Las ventas de zapatos de tacón alto han caído con la pandemia entorno a un 15%.
No solamente no ha habido muchas fiestas a las que asistir, sino que las clientas se han habituado al calzado cómodo.
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Preferencia absoluta de las marcas locales
Tras los manifiestos proteccionistas de Reino Unido, Francia y Estados Unidos, la tónica general es consumir marcas locales que generen empleo en el entorno cercano.
Casi la mitad de la población ha cambiado su relación con la ropa: en torno a un 25%, compra prendas solo si las necesita para alguna ocasión especial y un 12% piensa que puede vivir con un guardarropa más exiguo y ordenado. Efecto Mary Kondo.
Las marcas sostenibles y de comercio justo suben enteros, algo que en el futuro será condición sine qua non para triunfar en el sector.
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Se le exige más a la venta online
Los recientes descuentos precipitados han habituado al cliente a buscar la ganga.
En cambio, los ingresos de las tiendas online que escogen bien su producto, añaden contenidos interesantes y crean una buena experiencia de compra no dejan de subir, tal y como le ha ocurrido al portal mytheresa.com, cuyas ventas se han incrementado un 20 % este año.
Facebook organiza un «playbook» para creación de estilismos; las marcas ofrecen la oportunidad de realizar «pruebas» online de ropa utilizando maniquíes con la medida aproximada del cliente y se lanza con éxito Amazon Luxury, mientras que los gigantes tradicionales del lujo van en retroceso.
El consumo de redes sociales aumenta un 50% con el confinamiento y durante la pandemia Facebook ha detectado un aumento en un 75% de menciones del término «fashion week».
Por primera vez en mucho tiempo dicta sus deseos, guiado por los valores de los millennials. En un mundo de influencers que comercian con sus atuendos, el deseo del ciudadano pone en jaque a la industria de moda.