*Opinión. En Colombia ya no peleamos por Petro ni por Uribe. La Motivaciones Sociales son negociables con el Gobierno
Por: Bernabé Gámez Hernández
El extinto líder obrero Tulio E. Cuevas Romero cuando se alteraba el Orden Social en el País, de su muy sonora voz salía una temeraria expresión:
“Hay que hacerle al gobierno un Paro Cívico Nacional”. En su momento lo hizo y lo cumplió, el paro del 77 contra el gobierno Alfonso López Michelse, que dejó un número indeterminado de muertos, heridos, violencia, zozobra y al final tristeza y dolor.
Eso no puede volver a ocurrir. El factor social, salarios, empleo, pensiones, entre otros, se pueden negociar en el corto y mediano plazo. Además, el sectarismo político ya desapareció de la faz de Colombia.
Y, mientras Petro y Uribe vociferan tiro y tiro en el congreso, a la inmensa mayoría de colombianos ya no les interesa. Las pasiones por ellos desaparecieron y el contexto político nacional tiene otra lectura.
En consecuencia, el dialogo es el escenario valido para encontrar las fórmulas que permitan desactivar la bomba tiempo que por momentos nos produce miedo, pánico y también incertidumbre.
OTROS FACTORES
Ahora veamos, los Colombianos no soñamos convivir con más de TRES MILLONES de venezolanos que sacó de su país la tiranía de Nicolás Maduro.
De manera contundente podemos afirmar que esta situación sorpresiva colapsó al país en sectores como la salud, la educación, el empleo y la seguridad interior de la nación.
El gobierno del presidente Duque no contaba con este regalito, que desde luego, voló en pedazos el Orden Institucional del País. Ningún modelo económico de la América Latina puede recibir esta súper carga de las migraciones venezolanas, que están desestabilizando las democracias de todo el continente.
La salida, quienes utilizamos la pluma para mover cierta opinión nacional, hoy podemos señalar que la única salida a la crisis continental es el destierro del dictador Maduro, y así volveremos experimentar la grandeza del orden Institucional en esta región del mundo.
LAS MARCHAS
Nos encanta caminar motivados por los triunfos y alegrías en cualquier ciudad o municipio de Colombia, pero cuando encontramos en las calles grupos de malandros mal olientes, encapuchados, y disfrazados con el fantasma diabólico de la destrucción, nos obliga a hacer un alto en el camino para entregarlos al destierro y colocarlos en el muro de la infamia para que sean juzgados por sus acciones criminales.
Entonces, como casi todos los colombianos somos gentes de bien abstengámonos de participar en esta jornada del 21 que tiene intensiones maquiavélicas para desestabilizar la nación. Seguro que sí, el anunciado “Paro Nacional tiene Huevo”. 
