La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ha dado un paso determinante en la modernización del sector salud al autorizar a nueve EPS intervenidas la negociación conjunta y directa de medicamentos con agentes farmacéuticos. Esta estrategia, que se enmarca en la búsqueda de optimizar los recursos y mejorar la entrega de medicamentos a los pacientes, se configura desde un enfoque innovador en el que la cooperación entre entidades y el uso de mecanismos de negociación en bloque se convierten en herramientas clave para alcanzar una mayor eficiencia en el servicio de salud.
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En este nuevo escenario, las nueve EPS intervenidas obtienen un poder de negociación ampliado que les permitirá alcanzar mejores condiciones en la adquisición de productos farmacéuticos. La medida se fundamenta en la premisa de que si los agentes involucrados unen sus esfuerzos en la compra de medicamentos, las condiciones comerciales y los precios negociados serán más favorables. Así, aunque los contratos para la distribución se formalicen de manera individual, el proceso colectivo busca generar un impacto positivo en el abastecimiento de medicamentos esenciales y en la reducción de quejas relacionadas con incumplimientos en la entrega oportuna.
El acuerdo responde a varios objetivos que se han planteado como prioritarios para la mejora del servicio de salud en el país, entre los cuales se destacan los siguientes puntos:
• Incrementar la eficiencia en la entrega y distribución de medicamentos esenciales.
• Fortalecer el poder de negociación de las EPS frente a los agentes farmacéuticos.
• Reducir de manera efectiva el desabastecimiento de productos farmacéuticos y tecnologías en salud.
• Optimizar los recursos financieros mediante ahorros en la compra de medicamentos.
Estas metas se orientan a garantizar que los pacientes reciban sus medicamentos de forma puntual y adecuada, sin que se generen inconvenientes en la atención médica por fallos en la cadena de suministro.
El proceso de negociación se ha dividido en tres etapas claramente definidas que permitirán atacar diferentes áreas del mercado farmacéutico: en primer lugar, se abordará la negociación de los medicamentos de alto costo, en un segundo momento se tratarán dispositivos médicos como pañales desechables y alimentos de propósito médico especial, y finalmente se negociarán medicamentos genéricos o de bajo costo que, a pesar de su menor precio, presentan un alto volumen de consumo. Este enfoque escalonado permitirá que cada segmento del mercado reciba la atención y el análisis necesario para ajustar los precios a niveles competitivos y sostenibles.
El acuerdo estará vigente por un período inicial de un año, con la posibilidad de prorrogarse por un segundo año, brindando así el tiempo suficiente para evaluar y ajustar las estrategias de negociación. Este marco temporal, seleccionado cuidadosamente, permite a las EPS intervenidas y a los agentes farmacéuticos adaptarse a los nuevos términos de negociación, evaluar la eficacia de las medidas implementadas y establecer parámetros para futuras negociaciones que beneficien a los distintos actores del sector salud.
Cabe destacar que, a pesar de la negociación conjunta, el formalismo contractual se mantendrá de forma individual por cada EPS. En este sentido, la estructura operativa de la medida contempla que:
• Cada EPS firme su propio contrato con los agentes farmacéuticos de acuerdo con las condiciones pactadas en la negociación.
• Las responsabilidades de pago sean asumidas de forma individual, garantizando la transparencia en las transacciones.
• Cada entidad se comprometa a cumplir con sus obligaciones de forma oportuna, tanto ante los proveedores de medicamentos como frente a sus afiliados.
Esta metodología asegura que, aun cuando se opere en bloque a nivel de negociación, la implementación y el seguimiento se realicen de manera descentralizada, lo que resguarda los compromisos específicos de cada EPS con sus usuarios y proveedores.
El acuerdo no sólo persigue una mejora inmediata en la adquisición de medicamentos, sino que también plantea la posibilidad de generar ahorros significativos para las EPS. Los recursos que se optimicen a partir de esta estrategia serán potencialmente redirigidos para cubrir deudas pasadas y fortalecer la capacidad financiera para enfrentar futuros desafíos. La implementación de este mecanismo de compra en bloque se orienta de manera precisa a mejorar la distribución de los recursos disponibles en salud y, de esta forma, a incrementar la eficiencia operativa en la prestación de servicios.
Además, la estrategia de negociación conjunta introduce un sistema de seguimiento y control de la ejecución del acuerdo que se basa en tres pilares fundamentales, diseñados para garantizar el cumplimiento de los objetivos establecidos. Entre estos pilares se encuentran:
• La vigilancia sobre la negociación en bloque y la posterior compra individual de medicamentos, garantizando la coherencia en los procesos.
• El seguimiento de las eficiencias operativas, apoyado por indicadores claros para medir la puntualidad y fiabilidad en la entrega de medicamentos a los pacientes.
• La revisión de las eficiencias financieras, mediante el establecimiento de indicadores que permitan cuantificar la reducción de costos en las adquisiciones realizadas.
Este enfoque integral busca ofrecer un panorama completo del desempeño de la negociación y asegurar que las mejoras alcanzadas sean sostenibles y verificables a lo largo del tiempo.
La SIC, además, ha emitido recomendaciones específicas a los diferentes agentes del mercado en salud para salvaguardar las normas de competencia, evitando prácticas que pudieran afectar el ambiente de libre competencia en el sector. En este contexto, se reitera que el proceso de negociación debe llevarse a cabo de forma transparente y objetiva, permitiendo que cualquier EPS que no se encuentre intervenida pueda incorporarse a la negociación en bloque y beneficiarse de las condiciones establecidas. Este llamado a la inclusión refuerza la idea de que la iniciativa está diseñada para generar un impacto positivo en todo el ecosistema de salud, promoviendo un ambiente competitivo y equitativo.
Por último, la SIC justificó la aprobación de este acuerdo tomando en cuenta diversas fuentes y experiencias que avalan el potencial de esta estrategia. Entre los elementos básicos considerados se encuentran:
• Los conceptos técnicos de viabilidad avalados por la Superintendencia Nacional de Salud y el Ministerio de Salud.
• Los antecedentes relacionados con acuerdos exceptuados en otros sectores, como vivienda y textil, conforme a la Ley 155 de 1959 y los precedentes de la Autoridad de Competencia Colombiana.
• Las prácticas internacionales empleadas en países como Países Bajos, China y México, donde la compra en bloque de medicamentos ha demostrado ser un mecanismo eficiente para mejorar las negociaciones y reducir los costos.
Esta diversidad de fundamentos permite entender el recorrido y la solidez del mecanismo implementado, que se plantea desde un enfoque basado en la experiencia acumulada tanto a nivel nacional como internacional.
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