Las entidades encargadas de la gestión ambiental en Bogotá y Mosquera han anunciado la implementación de un plan coordinado para detener la ocupación irregular en el humedal Meandro del Say, un ecosistema de relevancia estratégica para la región. Esta acción conjunta se enmarca dentro de los lineamientos establecidos en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la capital y en la normativa ambiental expedida en el año 2015, la cual prohíbe actividades como la venta de terrenos, la parcelación y la construcción en zonas protegidas.
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El plan de acción surge tras la realización de una exhaustiva visita de inspección llevada a cabo por equipos especiales de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en colaboración con la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), y las alcaldías de Fontibón y Mosquera. Durante este recorrido se constató la presencia de 14 viviendas terminadas y varios inmuebles aún en construcción, habitados por unas 30 personas, lo cual evidencia la violación de las normativas vigentes en este sector de alto valor ecológico.

Entre los datos relevantes que se han detectado en la inspección, se destacan los siguientes puntos:
- Existencia de 14 casas ya construidas en el perímetro del humedal.
- Identificación de construcciones adicionales en curso.
- Ocupación del área por aproximadamente 30 residentes.
- Ubicación estratégica del humedal como corredor biótico, conectando ecosistemas en la región.
El Meandro del Say, que abarca cerca de 30 hectáreas, es reconocido por su capacidad para albergar una gran diversidad de flora y fauna. Además, su relación con el río Bogotá favorece la conformación de corredores ecológicos que facilitan la conectividad entre distintos ecosistemas. Esta característica natural no solo resalta la importancia del humedal a nivel ambiental, sino que también subraya la necesidad de adoptar medidas urgentes para preservar su integridad.
Mercy Johanne Ospina Cuartas, directora regional de la CAR para Sabana Occidente, resaltó que “el humedal Meandro del Say está categorizado dentro de los planes de ordenamiento tanto de Bogotá como de Mosquera, lo que lo convierte en un elemento estratégico del territorio que requiere de un plan de manejo y recuperación implementado en conjunto con la Secretaría Distrital de Ambiente”. Dicho planteamiento enfatiza la relevancia de las acciones coordinadas y la adherencia a las normativas ambientales vigentes.
La alcaldesa local de Fontibón, Adriana Yaneth Ortiz Ubaque, ha invitado a la comunidad a que se involucre en la protección de este ecosistema. En su comunicado, hizo énfasis en la responsabilidad compartida para evitar que la deterioración del humedal continúe, señalando que la oferta y la construcción irregular de viviendas en zonas de protección representan actividades prohibidas que deben detenerse de inmediato.
Adicionalmente, las autoridades han solicitado la colaboración de la ciudadanía y de potenciales actores interesados para evitar la compra o venta de terrenos ubicados en el perímetro del humedal sin la debida autorización de las entidades municipales y distritales. Este llamado se orienta a preservar la integridad del ecosistema y a garantizar el cumplimiento de la legislación ambiental.
La coordinación entre las diferentes jurisdicciones resalta la importancia de adoptar estrategias que consideren tanto el bienestar humano como la protección de la biodiversidad. Se espera que las acciones conjuntas permitan recuperar gradualmente el área afectada, fortaleciendo los mecanismos de vigilancia y control que aseguren el fiel cumplimiento de las normativas ambientales.
El compromiso de las autoridades se materializa en la formulación de un plan que contempla diversas medidas:
- Reforzamiento de las inspecciones y controles en el área.
- Elaboración de reportes periódicos sobre la situación del humedal.
- Implementación de campañas de concientización dirigidas a la comunidad.
- Coordinación interinstitucional para la aplicación de sanciones en caso de incumplimientos.
La ejecución de estas acciones permitirá mantener un estado de protección efectiva en el Meandro del Say, mientras se busca un equilibrio entre el desarrollo urbano y la preservación del patrimonio natural. Este esfuerzo coordinado se plantea como una estrategia para enfrentar de manera integral los retos que implican la ocupación irregular y la gestión del territorio en zonas de alta sensibilidad ambiental.
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