Una madre ha tomado la iniciativa de evidenciar hechos relacionados con un presunto abuso sexual en un centro de educación infantil de Bogotá, donde se reportó la agresión cometida por un docente. La presión mediática y la respuesta en redes sociales han multiplicado la polémica alrededor del caso, que involucra también amenazas a la denunciante por el trabajo que ejerce en el mundo digital. El llamado a hacer cumplir la ley se ha intensificado en medio de estos acontecimientos, despertando la atención tanto de autoridades como de la opinión pública.
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La investigada denuncia, identificada como la madre de una de las víctimas, ha asumido un papel relevante al responsabilizar públicamente a quienes han implicado su vida personal en la controversia. Desde la denuncia en el “Hogar Infantil Canadá”, el caso ha escalado a niveles que incluyen acusaciones de amenazas por parte de terceros interesados en desacreditarla. Las amenazas parecen estar vinculadas tanto a la gravedad del presunto abuso como al estigma asociado a su oficio, lo que añade una capa compleja al caso.
El presunto abuso, en el que se imputa la participación de un docente identificado como Fredy Castellanos, ha generado una rápida respuesta de la comunidad, especialmente tras su captura. Las autoridades han apuntado a la necesidad de indagar la responsabilidad de otros actores vinculados al centro, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad y el control en instituciones dedicadas al cuidado de menores. La información revelada ha llevado a cuestionamientos sobre protocolos de seguridad y una revisión de las medidas de protección para los infantes.
En su argumentación, la denunciante subraya la relevancia de enseñar a sus hijos valores como el respeto corporal y la importancia de establecer límites. Asegura que, en función de su experiencia laboral, enfatiza a sus hijos la necesidad de cuidar su cuerpo y de comprender que no existen secretos entre adultos y menores. Asimismo, enfatiza que la disciplina y el respeto hacia el propio cuerpo deben ser una constante en la educación impartida en el hogar, sin que ello se relacione con cualquier estigmatización hacia su actividad profesional.

La madre involucrada también aprovechó la plataforma digital para aclarar aspectos de su vida personal y familiar, los cuales han sido objeto de rumores en internet. Detalló que mantiene una relación cordial con todas las figuras parentales presentes en su entorno, dejando por claro que la convivencia y el afecto se fundamentan en el respeto mutuo y en la responsabilidad compartida en el cuidado de su hija.
Finalmente, la denunciante reafirmó que, a pesar de las amenazas y las críticas recibidas a través de diversos canales, ni ella ni las demás madres implicadas en el proceso se verán silenciadas. Su mensaje se orienta a la exigencia de que las autoridades apliquen todos los mecanismos legales disponibles para garantizar que se esclarezca la verdad en torno a los hechos. La insistencia en un proceso judicial riguroso se presenta como medida esencial para abordar la gravedad de la situación sin dejar de lado el respeto a la labor y la dignidad de las víctimas y sus familias.
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