Va de caña… En Cannes, Francia, el presidente Duque habló de la ‘Economía Naranja’ y dijo que “será el nuevo motor de crecimiento económico y transformación social de Colombia”. Su disertación fue dentro del seminario denominado: “La economía naranja: cómo las ideas son el nuevo petróleo”.
Análisis
Por: Octavio Quintero
Red GES
Desde antes de ser Presidente, Duque viene hablando de la economía naranja; pero, a decir, verdad, poca gente entiende de eso, y la que entiende, pocas bolas le han parado.
Economía naranja es, según Felipe Buitrago Restrepo, autor del estudio con el mismo nombre, “el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. El universo naranja está compuesto por: i) la Economía Cultural y las Industrias Creativas, en cuya intersección se encuentran las Industrias Culturales Convencionales; y ii) las áreas de soporte para la creatividad”.
Todos los analistas de la economía naranja la cimientan en tres parámetros esenciales:
1-Talento
2-Tecnología
3-Cultura.
Es decir, si la población del país que quiera desarrollar su economía y su sociedad carece o está bajo en cualquiera de estos parámetros, no puede esperar milagros de la economía naranja.
Durante el conversatorio en Cannes, Duque agregó: “… La Economía Naranja representa el presente y el futuro del país, y prueba de ello es el talento de nuestra gente”.
¿Qué es talento?
La noción de talento está vinculada a la aptitud o la inteligencia. Se trata de la capacidad para ejercer una cierta ocupación o para desempeñar una actividad. El talento suele estar asociado a la habilidad innata y a la creación, en cuyo caso nunca se pierde, pero también puede desarrollarse con la práctica y el entrenamiento; éste debe ejercitarse de manera constante.
Nadie más que todos nosotros quisiéramos que el Presidente hablará con conocimiento de causa, pero en esto también está improvisando porque, en el ranking mundial sobre Talento, elaborado por el ‘International Institute for Management Development’ (IMD - 2018), sobre 63 países, Colombia ocupa el puesto 61 en retención del talento y, el 62, en el manejo de las habilidades lingüísticas de las personas como respuesta a las necesidades de las empresas.
Con base en la evaluación internacional que nos hacen, ni modo que la economía naranja prenda en terreno tan estéril.
¿Qué es tecnología?
Dentro del término ‘tecnología’ se puede incluir un amplio número de modalidades o disciplinas tales como la informática, la robótica, la electrónica, la neumática (aire comprimido como energía) o la urbótica (conjunto de servicios e instalaciones públicas automatizadas en la ciudad).
Con motivo de la reciente discusión que se propició alrededor del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, la ANDI dice que “…encontramos que los temas de desarrollo empresarial son pocos, por tanto, el reto es que entre sectores privado y público trabajemos en aspectos fundamentales para la creación de nuevas empresas y el crecimiento de las existentes como lo son desarrollo tecnológico”, … dejando ver, entonces, que ahí tenemos falencias.
Un sondeo entre importantes empresarios (bajo el anonimato), hecho por La República, el periódico especializado en información económica y empresarial por excelencia, revela:
“En materia tecnológica, Colombia tiene un problema muy serio: no hay con quién trabajar. Al menos no con la cantidad de personal que se requiere para tan titánica tarea. No hay suficiente talento tecnológico en el país. Hay gente muy buena, es cierto, pero si Colombia aspira a convertirse en un poder regional, mucho deberán cambiar las cosas, empezando por el mundo académico que va a remolque”.
Es decir, con respecto al segundo pilar, la tecnología, los propios empresarios no ven razón para tanto optimismo al decir que la economía naranja “será el nuevo motor de crecimiento económico y transformación social de Colombia”.
¿Qué es cultura?
El término cultura hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Es también el conjunto de informaciones y habilidades que posee un individuo. Esta última definición es la que mejor encaja en los propósitos de la economía naranja.
Tal vez solo baste este concepto para formar una idea en qué estamos:
“El sistema educativo en Colombia está muy fragmentado, muy atomizado y muy localizado para tener la calidad suficiente": Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), concepto emitido a mediados del año pasado.
Analizando lo que dicen las pruebas PISA de la educación y la competitividad de Colombia frente a la OCDE, un analista de la Silla Vacía (Juan Manuel Pico) ‘nos mata’ al decir:
“Años para cerrar la brecha en matemáticas frente al promedio OCDE, con la tasa de crecimiento actual: Chile, 41 años; México, 28 años; Brasil, 27 años; Colombia, nunca”.
Esa es la realidad de Colombia que, de sobra, sabe todo mundo, porque está publicada y sustentada en documentos accesibles en Google. Así que, cuando el presidente Duque ‘saca pecho’ exclamando ante organizaciones internacionales, colmadas de expertos y estudiosos, que la economía naranja “… será el nuevo motor de crecimiento económico y transformación social de Colombia”, va de caña.
Fuente:
El Satélite
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