La reciente campaña de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), denominada "Me sumo con mi consumo", ha logrado recolectar 200 toneladas de residuos posconsumo, con la participación activa de más de 85 municipios del departamento. Este esfuerzo masivo, que buscó prevenir que múltiples elementos en desuso terminaran en rellenos sanitarios, se llevó a cabo el 17 de septiembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Limpieza, y se extendió a lo largo de las 13 direcciones regionales de la jurisdicción CAR en Cundinamarca.
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El evento destacó por la diversidad de residuos recogidos, entre los que se encontraban luminarias en desuso, aceite de cocina usado, tóneres vacíos, aparatos eléctricos y electrónicos dañados, enseres, baterías de plomo, envases de insecticidas domésticos y llantas usadas, entre otros. Alfred Ignacio Ballesteros, director general de la CAR, subrayó el compromiso de la comunidad con el medio ambiente al contribuir a dar una segunda vida a estos materiales, evitando así que incrementen la presión sobre los recursos del suelo.
En el ámbito de Boyacá, municipios como Chiquinquirá se unieron a esta labor a través de la iniciativa "Reconectados con el ambiente", promovida por la gobernación departamental. En esta región se logró la recolección de 4 toneladas de residuos, reafirmando el compromiso interdepartamental con la sostenibilidad ambiental.
La campaña no se limitó únicamente a la recolección, sino que también se centró en el proceso de disposición y transformación de los materiales recolectados, integrándolos a la economía circular. Este enfoque permite que los residuos posconsumo sean reutilizados, generando valor económico y ambiental. Por ejemplo, los tóneres vacíos se descomponen en plásticos, cobre y otros metales, los cuales se reutilizan tras ser compactados y triturados. Las llantas, por su parte, se someten a altas temperaturas para crear fibra textil, con aplicaciones que van desde repuestos para vehículos hasta suelas de zapatos.
El aceite de cocina usado es otro recurso que se transforma mediante procesos tecnificados en biodiésel, gracias a la labor de gestores ambientales especializados. En cuanto a los desechos eléctricos, como las bombillas, se separan sus componentes químicos y metálicos, se trituran las partes de vidrio y se reintroducen al ciclo económico como insumos para procesos de fabricación.
Ballesteros enfatizó la necesidad de adoptar prácticas sustentables y conscientes, destacando la corresponsabilidad con las futuras generaciones respecto a los recursos ambientales. La campaña #MeSumoConMiConsumo se perfila como una iniciativa periódica que buscará fomentar hábitos sostenibles en la comunidad, integrando el manejo adecuado de residuos al desenvolvimiento cotidiano de los ciudadanos.
El éxito de estas campañas refuerza la importancia de la colaboración entre entidades gubernamentales, comunidades y gestores ambientales, promoviendo un cambio de mentalidad hacia un consumo responsable. Con la adopción de prácticas basadas en la corresponsabilidad, se espera que otros municipios y regiones se inspiren en este modelo, expandiendo su impacto positivo hacia un desarrollo sostenible.
Las autoridades han reiterado que jornadas similares se llevarán a cabo de forma regular, garantizando que cada vez más elementos reciban una segunda oportunidad, evitando su disposición en vertederos y mitigando su impacto medioambiental. Estas acciones no solo alivian la carga sobre los rellenos sanitarios, sino que también abren nuevas posibilidades en la industria del reciclaje y recuperación.
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