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Entre la esposa del César, la Alcaldía de Fusagasugá y la Procuraduría.

por: Alejandro

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“No solamente hay que ser honrado sino parecerlo”. La  frase del emperador romano Divino Julio César Cayo acuñada  hace más de 2 milenios y que dictó norma sobre  ética y  moral, bien puede aplicarse de lleno en la hoy conocida ciudad jardín de Colombia.  Y la sociedad, aunque en el caso colombiano esos valores se encuentran proscritos dentro de la mayoría de  los escenarios oficiales, debe exigirlos si  quiere rescatar algo de dignidad para heredarle un mejor país a las futuras generaciones; a nuestros hijos y nietos. Es urgente.

Opinión.

Por: Omar Gadez.

Por aquellos años de la muy temprana sociedad democrática y republicana, el letrado emperador, poco antes de la era cristiana, sentó doctrina sobre los modales y el comportamiento que debe observar  todo ciudadano que se precie de intachable y ejemplo para el resto de seres. Más entre quienes la ciudadanía, de alguna forma, haya depositado confianza al elegirlos o colocarlos en posiciones de privilegio.

“La mujer de César no solo debe ser honrada, sino parecerlo”, dijo el adusto jefe del que fuera uno de los imperios más grandes que haya visto la humanidad desde cuando irrumpió en la faz de la tierra.

Sin descomponerse y con toda la serenidad del pensador que era, César Cayo lanzó la frase en respuesta a la defensa que las amigas de Pompeya Sila asumieron de oficio, para evitar que la mujer fuera castigada por sus libidinosas inclinaciones en las que incurría con frecuencia, así ésta ya no fuera la esposa del emperador. Alegaban que ella nunca hizo nada, que solo se limitó a mirar, que ni siquiera se tomó un  trago y que nadie le tocaba un cabello cuando acudía a las saturninas.

Las saturninas, como se denominaban en Roma las sesiones de orgía, sexo y alcohol, las mismas que siglos más tardes llamaron aquelarres derivando en el día de las brujas, hoy llamadas rumbas o “foforros”, con todo y lo repudiable que fueran, quién lo creyera, inspiraron uno de los dictados  con más contenido moral  de cuantos haya acuñado la humanidad.

En efecto toda persona no solo debe ser honrada sino parecerlo, sobre todo si, como se dijo, tiene responsabilidades dentro de la cosa pública y, en particular, si le corresponde velar por la ética y el buen manejo de lo que les confía la sociedad. Sus actos no deben dejar la menor duda.

Así no está bien visto, para acercarnos al caso que nos ocupa, que en la Alcaldía de Fusagasugá, seguramente a espaldas del mandatario o, de pronto, sin querer queriendo, hayan sido nombradas la hija y la sobrina de dos abogadas de la Procuraduría Provincial, las mismas profesionales quienes tienen que, de alguna manera, evaluar o sustanciar procesos contra el alcalde, los funcionarios de la administración local incluyendo los descentralizados, al igual que a los concejales  en esta misma ciudad. Eso no tiene presentación.

Se configura una especie de “puerta giratoria” en donde los vigilados seleccionaban a sus vigilantes o a alguien cercanos a estos, práctica que hizo necesario el trámite de una reforma legal para evitar el carrusel de la justicia.

Se trata concretamente de Anny Janeth Ortegón Garavito, Jefe de Control Interno Disciplinario de la Alcaldía, hija de la abogada Ana Lucía Garavito, Profesional de la Procuraduría Provincial; al igual que de Fernanda Duque, Contratista CI, sobrina de Nohora Constanza Duque igualmente perteneciente a la nómina del mismo organismos de control en Fusagasugá.

Puede ser que, en el caso de ellas, se trate de un inocente y desprevenido asunto laboral pero que, en algún momento, alguien quiera aprovechar para exigirles contraprestaciones no santas; y ahí es donde pueden pecar. Hay que evitarlo.

Porque, ¿Cómo puedo juzgar y sancionar a quién me ayudó dándole puesto a mi hija o sobrina? o ¿cómo no ayudar al benefactor de mi compañera de trabajo y amiga, es decir a quien le dio trabajo a los familiares de quienes comparten oficina conmigo? Son dos escenarios que pueden darse.

Desde luego son reacciones muy humanas, tan humano como defender el puesto de mi hija o mi sobrina, o de la hija y sobrina de mis compañeras; más si se tiene en cuenta lo difícil que está conseguir trabajo.

Pudo ser una “jugada”  planeada por alguno de tantos personajes oscuros de cuantos suelen rodear a los mandatarios; quien sabe. Cierto que muchos alcaldes y gobernadores caen en errores por hacerle caso a esas nefastas y perversas figuras que no saben hacer cosa distinta a la de saquear los dineros públicos; incluso sin importarles que su amigo el mandatario vaya a parar a la cárcel. Casos e han visto. Pero, y entonces, ¿en dónde están los verdaderos asesores que no alertaron al acalde sobre este episodio? De pronto estos son quienes tienen mayor culpa por cuanto no están cumpliendo con su deber.

Muchas, muchas preguntas; y muchos, muchos interrogantes por resolver.  Desde la Procuraduría en Fusagasugá lo que está ocurriendo desafía de manera grave los objetivos prioritarios del jefe del Ministerio Público, Fernando Carrillo Flórez, quién hace inmensos esfuerzos por combatir la corrupción; eso anuncia.

Entonces si desde las regionales no se guarda lealtad para con el jefe ¿qué hay que hacer? Cualquier cosa contraria resulta abrasiva; erosiona más la poca credibilidad de los colombianos en las instituciones sobre las cuales, en esta caso la Procuraduría, por justificadas razones, nadie o muy pocos confían. La historia de los últimos años así lo indica.  

Son temas que deben ser resueltos  incluso a nivel de mandos medios porque, ¿será necesario enterar de ello al propio Procurador o será que él personalmente debe intervenir? Y también resulta válido el que algunos ciudadanos se pregunten: ¿será por todo esto que, a veces, las investigaciones no prosperan?

Otra cosa; este no es asunto exclusivo de Fusagasugá, se sabe que igual ocurre en otras regionales tanto de Cundinamarca como del país. Hace falta que se investigue a fondo cualquier sospecha sobre episodios similares.

Igual resulta oportuno indagar por los nominadores o padrinos en la Procuraduría de los profesionales ingresados a la nómina; mejor dicho ¿será que algunos de ellos –las denominadas palancas- se encuentran al lado de la administración territorial? Ello serían los “vivos” de esta película y quienes, de existir, serían quienes tienen interés en realizar la operación.

Soldado avisado…

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