La agenda ambiental de Cundinamarca ha tomado un nuevo rumbo a través de un acuerdo de voluntades suscrito durante el marco del III Congreso Nacional de Industriales de la Madera, evento celebrado recientemente en Medellín. La iniciativa se enmarca en la búsqueda por promover una economía forestal responsable y orientada a la sostenibilidad sin descuidar la productividad.
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El acuerdo, que surge en el contexto de una innovadora estrategia regional, tiene como objetivo principal proteger los ecosistemas estratégicos del país y consolidar una cadena forestal que sea legal, trazable y sostenible. Este compromiso se materializa mediante la colaboración entre distintas entidades comprometidas con el manejo responsable del recurso.

Entre las entidades que han suscrito el pacto se destacan:
• Secretaría de Bienestar Verde
• Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR)
• Fedemaderas
Cada uno de estos actores aporta desde su experiencia y ámbito de acción para impulsar modelos de desarrollo basados en el equilibrio ambiental y la productividad del sector.
Durante las actividades programadas, la delegación cundinamarquesa, conformada por empresarios y productores provenientes de Núcleos de Desarrollo Forestal de la Amazonía y la Orinoquía, tuvo la oportunidad de compartir prácticas y estrategias sostenibles. La participación en el Tour Forestal en Antioquia y la I Macrorrueda de Bioeconomía permitió explorar nuevas vías de cooperación y compromiso a largo plazo.
Algunas de las iniciativas destacadas incluyen el establecimiento de alianzas con enfoque circular, la formalización de acuerdos comunitarios y el compromiso de instaurar medidas para la trazabilidad completa de la madera. Estas acciones apuntan a cerrar las brechas entre quienes cultivan, transforman y comercializan el recurso forestal en Colombia.
El acuerdo también está vinculado a los compromisos internacionales asumidos por el país durante la COP16, buscando armonizar las normativas y políticas entre diversas regiones. Así se pretende crear un entorno normativo que facilite la regulación y control del sector forestal.
En términos de retos que enfrenta la región, se destaca el alto porcentaje de consumo ilegal de madera en Cundinamarca y en Bogotá, situación que representa un reto tanto ambiental como económico. Algunas cifras relevantes del sector indican que aproximadamente el 40% de la madera consumida en Colombia pasa por estas zonas, de la cual entre el 45% y 54% podría provenir de fuentes no reguladas.
Adicionalmente, las medidas para combatir el tráfico ilegal incluyen el fortalecimiento de herramientas como el Libro de Operaciones Forestales en Línea y la realización de operativos conjuntos con la Policía Ambiental. Estas acciones buscan garantizar un control riguroso en regiones afectadas, tales como la Amazonía, Guainía y Caquetá.
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