La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en coordinación con el Grupo de Carabineros de la Policía Nacional, ha implementado un operativo en el municipio de Soacha que revela un nuevo episodio en la producción de carbón vegetal de manera no autorizada. La inspección, llevada a cabo por equipos técnicos y jurídicos de la dirección regional de Soacha, identificó prácticas de quema a cielo abierto, confirmando la persistencia de este tipo de actividades en la vereda La Chacua.
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Durante el operativo, las autoridades evidenciaron la formación y encendido de pilas de madera, conocidas localmente como “camas”, cuyo propósito es obtener carbón vegetal mediante una combustión incompleta. Entre las actividades detectadas, se destaca que la materia prima utilizada incluye retazos de huacal, madera en tabla, carretes de cable y principalmente retales de estiba, elementos cuyo origen se desconoce. Este tipo de materiales, al ser sometidos a procesos de combustión, generan emisiones peligrosas debido a la presencia de elementos metálicos y químicos.
El director regional de Soacha, César Augusto Rico Mayorga, explicó que en el sitio se identificaron siete pilas en pleno proceso de combustión, con dimensiones aproximadas de 7 metros de largo por 7 metros de ancho y 2 metros de altura, además de tres pilas en proceso de armado. Entre los aspectos relevantes del operativo, se puede destacar:
• Identificación de quemas realizadas sin autorizaciones ni infraestructura adecuada.
• Uso de materiales de origen desconocido con presencia de elementos químicos y metálicos nocivos durante la combustión.
• Dimensiones de las pilas que permiten establecer un riesgo ambiental considerable.
La presencia de las autoridades en el predio permitió identificar a cinco personas actuando en flagrancia, quienes no contaban con los permisos o trámites exigidos para llevar a cabo la actividad. La detención de estos responsables evidencia la preocupación de las entidades ante la falta de control en procesos que pueden afectar significativamente el ambiente. Actualmente, estos individuos han sido puestos a disposición de las autoridades competentes para la evaluación de sanciones.
Entre los riesgos asociados a estas prácticas se destacan aquellos que afectan los recursos naturales, tales como el suelo, el paisaje y la flora; sin embargo, se subraya que la contaminación del aire es especialmente preocupante. Se ha señalado que los gases y vapores emitidos resultan de combustiones realizadas en condiciones antitécnicas, sin conocer parámetros de funcionamiento de las fuentes de emisión, lo que incrementa la peligrosidad para la salud pública. Los componentes básicos de riesgo incluyen:
• Material particulado que puede impactar el sistema respiratorio.
• Vapores y gases nocivos que pueden irritar la piel y las mucosas.
• Incremento de emisiones contaminantes en la atmósfera.
La actividad irregular no solo genera emisiones tóxicas, sino que además carece de los sistemas necesarios para el control de la calidad ambiental. Frente a lo anterior, las autoridades han reiterado la importancia de mantener protocolos estrictos en la producción de carbón vegetal que garanticen la seguridad ambiental y minimicen los riesgos para la población.
Entre el año 2024 y la parte transcurrida del 2025, la CAR ha ejecutado 11 operativos en Soacha enfocados en detener la producción ilegal de carbón vegetal. Cada una de estas acciones ha llevado a la elaboración de informes técnicos que se encuentran en estudio para la aplicación de las sanciones y multas correspondientes, en concordancia con la normativa vigente.
La intensificación de estas medidas refleja el compromiso de la CAR y la Policía Nacional en la implementación de estrategias que resguarduen la integridad de los ecosistemas y ofrezcan respuestas rápidas ante actividades ilegales en el municipio. Los operativos demuestran la coordinación entre entidades y la aplicación de procedimientos técnicos que contribuyen a la preservación del ambiente.
La información verificada en Soacha se suma a un conjunto de acciones preventivas y correctivas que buscan mitigar riesgos ambientales, recordando la necesidad de contar con sistemas estructurados y autorizados para la realización de actividades industriales, especialmente aquellas que implican combustión de materiales potencialmente dañinos para la salud y el entorno.
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