La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), a través de su Dirección Regional Sumapaz, hizo entrega oficial de un Banco Municipal de Agua (BAMA) en la vereda Yayatá del municipio de Silvania, una infraestructura ambiental que permitirá almacenar hasta 5.246 metros cúbicos de agua y beneficiar a más de 26.000 habitantes.
Este banco de agua, concebido como una medida de adaptación al cambio climático, tiene la capacidad de captar y almacenar agua de lluvias y de la quebrada Yayatá durante la temporada invernal. Posteriormente, en época seca, el agua podrá ser devuelta a la fuente hídrica, asegurando su caudal, mitigando el riesgo de desbordamientos y garantizando la disponibilidad del recurso para diversos usos.
La obra, que tuvo una inversión superior a los 1.800 millones de pesos, también contempla la implementación de un aula ambiental, un sendero ecológico rodeado por la siembra de aproximadamente 700 árboles nativos, así como obras de contención de taludes, con el propósito de promover la conservación del ecosistema local.
La administración del BAMA estará a cargo de la Alcaldía Municipal, en articulación con Juntas de Acción Comunal y acueductos veredales, quienes velarán por su correcto funcionamiento y uso responsable. El agua almacenada podrá ser utilizada para riego de cultivos, abrevaderos para animales y atención de emergencias como incendios.
Desarrollo sostenible con la CAR
Con esta entrega, la CAR reafirma su compromiso con el desarrollo sostenible y la gestión integral del recurso hídrico en el territorio, apostando por soluciones que protejan el ambiente y fortalezcan la resiliencia de las comunidades rurales frente a los efectos del cambio climático.
El Banco Municipal de Agua (BAMA) beneficia directamente a la agricultura local de Silvania de varias formas clave:
Disponibilidad de agua en temporada seca: Almacena agua durante la época de lluvias, permitiendo que los agricultores tengan acceso al recurso hídrico incluso en tiempos de escasez, garantizando la continuidad de las labores agrícolas.
Riego de cultivos: El agua almacenada puede ser utilizada específicamente para regar cultivos, lo que mejora la productividad agrícola y reduce las pérdidas ocasionadas por la sequía.
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Abrevadero para animales: Los ganaderos también se benefician, ya que el agua puede emplearse para hidratar el ganado, fundamental para mantener la producción lechera y cárnica.
Reducción del estrés hídrico: Con un suministro alternativo de agua, los agricultores no dependen únicamente de fuentes superficiales como quebradas o lluvias irregulares, lo que mejora la seguridad hídrica de la región.
Prevención de desastres: Al mantener regulado el nivel de la quebrada Yayatá, se minimiza el riesgo de desbordamientos que podrían dañar cultivos o afectar terrenos productivos.
En conjunto, el BAMA fortalece la resiliencia del sector agrícola frente al cambio climático y contribuye al desarrollo sostenible del territorio.
