La llegada de las vacaciones de fin de año ha disparado las alarmas de las autoridades ambientales en el centro del país. La Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá y la CAR, en conjunto con otras entidades como Corpoguavio y Parques Nacionales, han lanzado un llamado urgente para frenar el tráfico ilegal de vida silvestre. Según los registros oficiales, Bogotá sigue siendo utilizada por criminales como un punto estratégico de conexión para comercializar animales hacia destinos nacionales e internacionales, un delito que afecta gravemente el equilibrio ecológico.
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Fauna en peligro: De la selva al asfalto
Durante la temporada decembrina, es común que traficantes extraigan animales de su hábitat natural para ofrecerlos en carreteras como mascotas o amuletos. Los resultados son devastadores: durante 2024, las autoridades recuperaron más de 600 animales, incluyendo aves, reptiles y mamíferos. El director de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, recordó que arrancar a una especie de su entorno es, en la mayoría de los casos, "condenarla a la muerte", debido al maltrato físico y el estrés comportamental al que son sometidos.
Flora amenazada por los pesebres
La flora no escapa a esta presión criminal. Existe un riesgo creciente para especies como orquídeas silvestres, musgos y líquenes, que son extraídos ilegalmente para decorar pesebres y arreglos navideños. Esta extracción indiscriminada afecta la humedad de los bosques y destruye el hogar de microorganismos y fauna pequeña, rompiendo cadenas vitales del ecosistema.
Sanciones severas y canales de denuncia
La normativa colombiana, específicamente la Ley 2111 de 2021, ha endurecido las consecuencias para quienes trafiquen con recursos naturales:
- Multas económicas que pueden llegar a los $62.278 millones (43.750 SMMLV).
- Penas de prisión de entre 5 y 11 años (hasta 135 meses).
Las autoridades han habilitado la Línea 123 y canales específicos como el 3188277733 (Ambiente Bogotá) y el 316 524 4031 (CAR) para recibir denuncias. El mensaje institucional es tajante: "la naturaleza no es un regalo navideño". Se invita a los turistas a ser "guardianes de la vida silvestre" y a no patrocinar un comercio que desangra la biodiversidad del país.
