*Capturado: serían autores de robos que sobrepasan los $350 millones; incursionaban en fincas de Silvania y Granada, Cundinamarca. Los “Temerarios” son acusados de secuestro simple y hurto calificado; tratan de establecer si podrían estar comprometidos en hechos similares de la región y el departamento.
Curiosamente y de acuerdo a reportes de la Policía, en dos de los casos se llevaron importante suma de dinero; ello insinúa que habrían sido enterados sobre la posesión de plata en efectivo en las residencias atracadas.
Las mismas informaciones precisan que los asaltantes se hacían pasar por turistas; con ello se ganaban la confianza del vecindario y, así, adelantaban trabajos de inteligencia sin mayores dificultades.
Más adelante y en momentos previos a la incursión, con todo bien planeado, envenenaban a los perros guardianes, donde los había, con lo cual facilitaban la incursión delictiva.
Capturados por robos en Silvania y Granada
Estos casos se presentaron en julio y diciembre del año pasado según pudieron establecer los investigadores quienes, finalmente, identificaron y detuvieron a los responsables de esas incursiones.
Supieron que los autores de los asaltos eran conocidos como “Los Temerarios” quienes, de acuerdo a varios indicios, podrían estar comprometidos en hechos similares a lo largo del centro del país. El rastreo sigue en pie.
De acuerdo a los datos que fueron puestos en manos de un Juez de Control de Garantías, Víctor Alejandro B. y Diógenes Magín G. M., serían los responsables de los citados hechos.
La documentación precisa que los acusados habrían operado bajo un elaborado modus operandi que incluía el uso de cebos envenenados para neutralizar a los perros guardianes. Además, se hacían pasar como turistas para no despertar sospechas en las comunidades locales.
Hechos bajo evaluación

La investigación desarrollada por unidades especializadas de la Fiscalía reveló que el primer robo atribuido a los capturados ocurrió el pasado 27 de julio de 2024. Ese sábado ingresaron a una residencia en zona rural de Granada y se apoderaron de 150 millones de pesos en efectivo, además de un vehículo perteneciente a los propietarios del inmueble.
El segundo hecho se remonta al miércoles 10 de diciembre de 2024. Parece ser que el mismo par de hombres, en esa oportunidad, irrumpieron en una finca de Silvania, mediante la misma táctica.
Se llevaron 200 millones de pesos. En ambos casos, las víctimas fueron intimidadas con armas de fuego y armas cortopunzantes en horas nocturnas.
De acuerdo a las evaluaciones jurídicas, el par de hombres podrían estar comprometidos en hechos relacionados con concierto para delinquir, hurto calificado agravado y secuestro simple agravado. Las imputaciones no fueron aceptadas por los indiciados. No obstante, el juez de control de garantías determinó imponerles medida de aseguramiento en centro carcelario mientras avanza el proceso judicial.
Aspecto resaltado por las autoridades consiste en la manera como la banda planeaba los robos. Cada miembro tenía asignado un rol específico; utilizaban suplantación de identidades o se hacían pasar por turistas para realizar labores de inteligencia en las fincas objetivo. Este patrón ha sido identificado también en otras investigaciones sobre grupos similares que operan en zonas rurales del Sumapaz.
Casos similares en el Sumapaz

Uno de los casos más recientes concluyó mediante certero trabajo del Gaula hace mes y medio. Ese lunes 9 de junio (2025) se supo oficialmente sobre la captura y presentación ante las autoridades de otros dos sospechosos de extorsión en Silvania.
Si hicieron pasar como integrantes de un grupo terrorista para exigir el traspaso de una finca y el pago de $500 millones. La víctima enteró del caso a la Policía y esta, de inmediato, puso en marcha un trabajo investigativo especial.
Las exigencias criminales se conocieron mediante videollamadas y otros procedimientos con los cuales quisieron amedrentar a la víctima. Algunas veces acudieron en persona con la intención de ejercer presión para que se atendieran las demandas ilegales. No tuvieron éxito. (Ver: Capturados extorsionistas en Silvania: Decían pertenecer a grupo armado irregular)
Bandas criminales en zonas rurales
Por temporadas, las actividades rurales en Cundinamarca son blanco de organizaciones facinerosas. La mayoría de los casos son abigeato, asunto que golpea de manera importante la actividad ganadera del centro del país.
Pero más allá de esta clase de incursiones delictivas, el asalto a residencias campesinas sigue siendo una de las fórmulas apetecidas por el crimen. Hace un año largo, en abril de 2024, por ejemplo, fue desarticulado en Cabrera (Sumapaz) un grupo conocido como “Los Campaneros”, también vinculado al hurto a viviendas rurales.
En esa oportunidad, las autoridades capturaron a cinco personas que se dedicaban a seguir a productores agrícolas después de éstos obtenían el pago por la venta de sus cosechas. Se habían especializado en asaltar labriegos. Identificaban sus víctimas cuándo regresaban con grandes sumas de dinero a sus fincas. Los delincuentes, luego, irrumpían en los hogares y sometían a las familias durante la noche.
En mayo de este año, otro grupo llamado “Los Rastrojos del Sur” fue capturado en Pandi, acusado de una serie de atracos cometidos en la zona limítrofe con Icononzo (Tolima). Se les atribuye el hurto de maquinaria agrícola, insumos y dinero en efectivo en, al menos, tres predios afectando la economía de pequeños campesinos.
También en San Bernardo, en junio, se registró la captura de tres individuos vinculados a un grupo que operaba bajo la fachada de trabajadores temporales para obtener información interna sobre las fincas antes de cometer los robos.
Inquietud dentro de las comunidades
Organizaciones campesinas y líderes comunales del Sumapaz expresaron preocupación por la vulnerabilidad de las zonas rurales frente al accionar criminal.
En declaraciones recientes, voceros del Consejo de Acción Comunal de una vereda de Silvania denunciaron que la delincuencia ha cambiado de modalidad. Pasaron de robos esporádicos a acciones estructuradas, con inteligencia previa y uso de violencia, lo cual genera temor entre los residentes según indicaron.
“Ya no es como antes, cuando alguien robaba una gallina o algo pequeño. Ahora vienen en grupos, armados, y no les importa llevarse lo que haya, incluso si eso significa poner en riesgo nuestras vidas”, afirmó un habitante afectado.
Ante ese escenario, la Policía de Cundinamarca, junto con la Fiscalía y unidades del Ejército Nacional, intensificaron los patrullajes y controles en corredores rurales de alta vulnerabilidad. También se han creado redes de participación cívica para fortalecer los canales de denuncia y apoyo comunitario.
Paralelamente, el gobernador Jorge Emilio Rey, advirtió sobre acciones más severas en el propósito de ponerle freno a los hechos ilegales de que vienen siendo blanco los trabajadores rurales. Mediante su gestión, según indicó, fueron implementadas tareas de “seguridad inteligente, incluyendo drones y cámaras de vigilancia en puntos estratégicos”.