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Con el pecado y sin el género

por: Omar Gamboa

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Hablemos de drogas. El alto consumo de drogas en EE.UU. es culpa nuestra, mientras se lucra de buena parte de la fortuna que deja el narcotráfico. Opinión Por: Octavio Quintero El Satélite Estamos “celebrando” los 50 años de haberle declarado la “guerra” al narcotráfico. Un estudio de Global Financial Integrity/2020, revela que el negocio, solo en América, mueve hasta 121.000 millones de dólares al año, solo en cocaína. Nada mal… ¡Qué siga la fiesta! Hablando de bloqueos, un término muy en boga en Colombia, un bloqueo al comercio de armas, avionetas y helicópteros, que proviene todo de Estados Unidos, sí que ayudaría a bajar la intensidad del negocio. No se requiere mucho esfuerzo mental para intuir que, junto al enorme poder económico de corrupción, las armas y los medios de transporte le han permitido a los narcos ganar todas las batallas en la guerra contra las drogas. Según el periodista inglés, Ioan Grillo, experto en el tema, al menos 164.000 armas fueron incautadas a narcos mexicanos entre 2009/2019. ¿Cuántas quedaron activas? El periodista siguió el rastro hasta armerías y fábricas en Estados Unidos. El “Río de hierro”, como tituló su investigación, concluye que, al menos dos millones de armas ingresaron a México en la última década: ¿Cuántas a Colombia y Brasil, que junto a México constituyen el triángulo del narcotráfico en América? ¿Por qué a nadie en USA se le ha ocurrido bloquear esos insumos? Ah, porque es un gran negocio que deben tener buen capital invertido en elecciones de Demócratas, Republicanos y Presidente: todos a una, porque en el imperio, el negocio –cualquier negocio— está por encima de la moral. Milton Friedman, premio Nobel, dijo desde 1991: “Ahora ocurre lo mismo que bajo la prohibición del alcohol. Legalizando el narcotráfico, además de destruir el mercado negro que le da valor agregado al precio de la cocaína en el mercado, pienso que América tendría la mitad de prisiones, la mitad de reclusos, miles de homicidios menos al año, menos corrupción, una mejor oportunidad para los pobres que viven bajo temor constante por sus vidas”. A la altura de medio siglo de “Guerra contra las drogas”, la academia y reconocidos analistas alrededor del mundo califican la estrategia de “violenta e ineficaz”. Bueno, lo de violenta, nadie les discutiría, pero lo de ineficaz, habría que mirar… Si el negocio produce tan altos réditos económicos y políticos, precisamente por su prohibición, por eso mismo se mantiene la guerra, se puede concluir con algún grado de suspicacia, pero en la seguridad de no estar muy perdidos. Los réditos económicos están expuestos arriba en los 121.000 millones de dólares que mueve la cocaína al año. Los réditos políticos también son evidentes, pero el disfraz que los cubre aúpa gobiernos “democráticos” y corruptos, obsecuentes prisioneros de Washington, que a todos les tiene su dosier guardado. Los 50 años de guerra a las drogas han sido otros tantos de injerencia abierta de Washington en los asuntos internos de los países latinoamericanos: Colombia sí que es un buen ejemplo de este aserto. El negocio es un maremágnum donde se mezclan la plutocracia narcotraficante, la cleptocracia gobernante y la aporofobia a los campesinos cocaleros que llevan del bulto: en medio de una guerra endemoniada, los matan si no siembran y los matan si siembran. Vamos para largo: mientras el narcotráfico sea un negocio tan lucrativo para importantes empresas estadounidenses, principalmente; y, a la vez, un instrumento de manipulación política, la legalización que se propone, está lejos. Fin de folio.- El Acuerdo de Paz sirvió de excusa al inicio del Gobierno Duque para atribuir el incremento de los cultivos de coca. Hoy, las cifras alcanzan 245.000 has cultivas y una producción de 1.010 tons, récord históricos. De Interés: Multimillonaria inversión en infraestructura para Cundinamarca Operativos de espacio público en Zipaquirá, Cundinamarca Nuevo episodio de presunto abuso de autoridad del ESMAD en Bogotá Cayó presunto ladrón de bicicleta en Zipaquirá, Cundinamarca Alí Humar murió de Covid-19: Destacado actor y director de televisión en Colombia