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CAR revela que la industria genera más del 50% de la contaminación en la Sabana de Bogotá

por: Redacción Cundinamarca

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La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha presentado los resultados de un estudio sobre la calidad del aire en la Sabana de Bogotá, revelando un panorama ambiental preocupante: las emisiones provenientes de la industria representan más del 50% de la contaminación del aire en la zona.

Un estudio innovador que precisa las fuentes de contaminación

Esta investigación, desarrollada por la CAR en colaboración con la Universidad Militar Nueva Granada y la Universidad de Huelva (España), constituye un avance significativo. Por primera vez, se ha logrado conocer con precisión cuáles son las actividades específicas que están deteriorando la calidad del aire en un sector clave de la Sabana de Bogotá. El área de estudio se centró en el sector Manas de Cajicá.

El trabajo es un hito en la gestión ambiental, pues ofrece información de carácter científico que será fundamental para fortalecer las estrategias de control y vigilancia sobre las fuentes de emisión contaminante. Para llevar a cabo el análisis, el estudio utilizó una metodología innovadora: se caracterizó el material particulado mediante filtros de absorción, todo operado por el Laboratorio de Innovación Ambiental de la CAR. Gracias a esta técnica, fue posible caracterizar la composición del aire y determinar el peso de las diferentes fuentes que contribuyen a la contaminación.

Plantas de asfalto y cemento: Los principales responsables identificados

Los hallazgos son determinantes. La industria genera más del 50% del material particulado conocido como PM10 presente en la atmósfera. En comparación, el tráfico vehicular aporta una cifra menor, cerca del 21%.

El estudio logró identificar a los principales responsables de esta polución. Las fuentes de contaminación más destacadas incluyen plantas de asfalto, cemento y constructoras. También se mencionan las empresas que operan empleando calderas pirotubulares y combustibles fósiles. Estas actividades liberan al ambiente polvo, cenizas y hollín, que, aunque son partículas a menudo invisibles al ojo humano, conllevan un alto impacto negativo sobre la salud pública y el medio ambiente.

Si bien las concentraciones promedio de material particulado no exceden los límites establecidos por la normatividad nacional e internacional para exposiciones de 24 horas, los niveles sí resultan elevados cuando se comparan con otras zonas rurales a nivel global.

Alerta por metales pesados y un llamado a la acción

Un aspecto de máxima preocupación es la detección de metales pesados. El análisis confirmó la presencia de sustancias como cromo hexavalente, arsénico y cobalto. Aunque los niveles son bajos, estos metales superan los umbrales mínimos establecidos de riesgo carcinogénico. Esta evidencia científica exige que se implemente un mayor control y seguimiento a las industrias que están generando estas emisiones tóxicas.

Otro dato relevante es la confirmación de que la contribución del transporte vehicular a la contaminación es menor de lo que se había estimado previamente, incluso considerando la alta circulación de vehículos en los corredores viales de Cajicá y los municipios vecinos. Esta realidad resalta el papel preponderante de la actividad industrial como la fuente principal de afectación a la calidad del aire en la zona de estudio.

Alfred Ignacio Ballesteros, director general de la CAR, afirmó que los resultados son una prueba de la importancia de mantener y fortalecer las estrategias de control y vigilancia sobre las fuentes fijas, especialmente aquellas que utilizan combustibles altamente contaminantes. Ballesteros fue enfático al señalar que "la industria tiene un peso determinante sobre la calidad del aire en la Sabana de Bogotá" y que la entidad debe continuar con el control y seguimiento a estas fuentes de emisión, para garantizar un ambiente más sano para los habitantes de la región.

La base técnica generada por este trabajo permitirá la implementación de acciones focalizadas de seguimiento y control dirigidas a las industrias más contaminantes. Además, servirá para orientar futuras investigaciones que busquen ampliar el monitoreo ambiental a otras zonas del territorio bajo la jurisdicción de la CAR. Con este estudio, la CAR reafirma su compromiso con una gestión ambiental que se fundamenta en la ciencia y la evidencia, buscando proteger la salud de las comunidades y promover un desarrollo industrial sostenible.