Cazar ratones. Olvídese de Petro o Fajardo. El que necesita un acuerdo interpartidista para sacar de Palacio al uribismo mesiánico es el país.
Por: Octavio Quintero
Análisis político
El Satélite – envía REDGES
Petro no requiere de acuerdos políticos previos para incursionar con relativo éxito en las elecciones del 2022. Y eso es lo que saben y temen sus adversarios no uribistas al tratar de sofocarlo políticamente negándose a confrontarse con él en una consulta interpartidista en busca de candidato único de centroizquierda.
No obstante Petro les propone (1) “un pacto de cambio”, y (2) una “discusión programática con otras fuerzas”.
El punto 1, enfoca el problema en sí: hay que tumbar el régimen en las próximas elecciones. Sellado ese pacto, póngale el candidato que quiera que, como dicen los chinos, si caza ratones es un buen gato.
El punto 2 es la concertación de los programas a ejecutar dentro de ese nuevo pacto de cambio; y, entonces, póngale el título al modelo de desarrollo que quiera. El actual, que hay que cambiar, llama neoliberalismo. El nuevo, teóricamente ya está concebido en la Agenda 2030 de la ONU adoptada en 2015 y que sigue con precisión ideológica la Colombia Humana.
No sobra recordar el enfoque central de los 17 objetivos que es salvar el mundo salvando a la especie humana de la pobreza, la desigualdad, garantizándole una vida saludable y el bienestar para todos.
Así dichas las cosas, ¿quién no estaría de acuerdo?
Pues, vea que hay gente (mucha, lamentablemente), que pone su interés particular por encima del interés general. Se llaman ¡egoístas! Superar esto, que aplazó el cambio en Colombia en 2018, es otro de los enfoques primordiales de una coalición de centroizquierda, mirando al 2022.
Conclusión
Entonces, si Petro no necesita de coalición para disputar nuevamente con éxito la Presidencia en 2022, ¿por qué resulta indispensable? Porque para sacar adelante esos dos puntos arriba mencionados no basta con ser Presidente de la República.
Sin acuerdo programático ni Petro ni Fajardo; ni Alejandro Gaviria, Angélica Lozano, Ángela María Robledo o Iván Marulanda, cualquiera de esa centroizquierda que resultase elegido, terminará, o abrazado por el régimen dominante o acabando de hundir al país en una polarización más próxima al caos de lo que actualmente está.
En este orden de ideas es crucial el acuerdo interpartidista de centroizquierda, no por Petro, no por Fajardo, no por nadie: ¡Por todo el país! 
