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Los “queridos abuelitos” de Duque

por: Omar Gamboa

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“Mi bofe se hinchó, cuando repartieron, de mí no se acuerdan dicen que nunca me vieron; que no soy de aquí, que ya no tengo remedio”. Néstor Garnica (El Olvidao)   Octavio Quintero El Satélite Vía: REDGES Hay unos ‘trabajadores’ confinados hace años, de quienes no se habla ni se les tiene en cuenta sus problemas sobrevinientes en esta pandemia: los pensionados. Sabido es, y publicado está, que los pensionados, en estos tiempos de flexibilización laboral y desplazamiento tecnológico de mano de obra, están contribuyendo al sostenimiento de sus familiares, fuera de sus propios gastos del hogar, que suben por el ascensor mientras su pensión sube por las escalares en virtud de la graciosa ocurrencia de atarles sus reajustes anuales a la inflación DANE y no al incremento salarial del mínimo que, salvo una o dos excepciones en los últimos 20 años, siempre es superior al IPC. Muchas ayudas se han anunciado y se repiten en el programa especial de TV extendida que dirige el propio presidente entre las 6 y 7 de la noche. Ahí están, p.ej., giros adicionales para Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor (los ancianos sin pensión); y están las deudas con el sector financiero, pero, curiosamente, con excepción de las apalancadas en libranzas, modalidad usual entre pensionados de 5 salarios mínimos, en promedio, que son el 90% de todos. Desde que se agudizó la pandemia en Colombia, el presidente Duque se llena la boca diciendo que hay que proteger “a los abuelitos, y cree que la protección se reduce a obligarlos a quedarse en casa el doble de toda la demás gente, y de aquello nada de nada: ni un giro adicional como compensación de la mesada 14 que se les quitó, ni un incremento extemporáneo que les compense la especulación que campea con los artículos sanitarios y los alimentos, ni crédito especial para los que trabajan independientemente porque se tiene la inveterada idea de que el pensionado vive feliz de la vida sin hacer nada. Lo que se ha visto, por contrario y que pone en riesgo el pago de los futuros pensionados, es el zarpazo al fondo de pensiones territorial para solventar otras afugias del covid-19 y, de contera, el exministro Cárdenas, de ingrata recordación entre los pensionados, propone “suspender el pago de parafiscales”, es decir, los aportes de las empresas a pensiones con el fin de que los utilicen en pago de nóminas en esta emergencia. Los pobres pensionados, pobres en sentido económico y también lastimoso, nadie los tiene en cuenta porque son poblaciones sobrantes, en el más crudo sentido de la palabra, en esta pandemia. Estamos viendo que en Italia, España, Nueva York y Ecuador, por mencionar los casos más críticos, los escasos respiradores artificiales se los quitan a los viejos para salvar la vida de los más jóvenes. No duden que, si llegado el caso en Colombia, y ojalá que no, los “queridos abuelitos” de Duque se irán p’al cementerio, que debe quedar en la mierda. *Nota preparada en colaboración con Gonzalo Barreto Hoyos *Imagen tomada del portal La Mente es Marivillosa