La situación de salud pública en Bogotá ha alcanzado niveles preocupantes tras revelarse que, en lo que va del mes de diciembre, ya se contabilizan 51 personas lesionadas con pólvora. Según el último reporte de la Secretaría Distrital de Salud (SDS), con corte al sábado 20 de diciembre de 2025, la cifra de afectados incluye a 12 menores de 18 años y 39 adultos. Un dato que agrava el panorama es que 15 de los heridos se encontraban consumiendo bebidas embriagantes al momento de manipular los artefactos pirotécnicos, lo que evidencia una falta de conciencia sobre los riesgos de esta combinación letal.
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Engativá, Suba y Usme: Las localidades más afectadas
El desglose por localidades muestra que Engativá es la zona con mayor incidencia, reportando nueve casos, seguida por Usme y Suba con seis lesionados cada una. En Bosa se registraron cinco casos, mientras que San Cristóbal y Kennedy reportaron cuatro cada una. Otras localidades con afectaciones incluyen Usaquén y Santa Fe con tres casos, y Chapinero, Fontibón y Los Mártires con dos casos por jurisdicción. Las localidades de Tunjuelito, Teusaquillo, Antonio Nariño, Puente Aranda y Ciudad Bolívar reportaron un caso cada una.

Manos y rostro: Las partes del cuerpo más golpeadas
En cuanto a la gravedad de las heridas, las manos son la parte del cuerpo más afectada, con 32 reportes documentados. Las lesiones en el rostro ocupan el segundo lugar con 14 casos, seguidas por daños en los ojos (seis casos), el cuello (cuatro), los pies (dos) y un caso que afectó el tronco del paciente. Ante esta emergencia, la red hospitalaria pública y privada de la ciudad permanece en alerta para atender no solo quemaduras, sino también lesiones oculares, amputaciones e intoxicaciones.
El Distrito ha activado un trabajo articulado entre diversas entidades como las secretarías de Salud, Gobierno y Seguridad, junto con la Policía de Bogotá, el Cuerpo de Bomberos y el ICBF. Estas instituciones buscan frenar la fabricación, distribución y uso ilegal de pólvora mediante campañas preventivas y operativos de control en toda la capital. En los casos donde hay menores involucrados, se garantiza el restablecimiento de derechos y el apoyo psicosocial a sus familias, reafirmando que el uso de pólvora sigue siendo una práctica prohibida que cobra un alto precio en la integridad de los bogotanos.







