Ocurrió pasadas las 9 y 30 de la noche de este martes cuando la víctima se desplazaba sobre la calle décima entre carreras séptima y octava camino a su casa; a esa hora ya comienza a ser una zona solitaria. El ladrón sabía eso; se ubicó estratégicamente en el recodo que deja una edificación a la espera de que apareciera una víctima.
Vio oportunidad cuando asomó una mujer; la acorraló y amedrantó con un puñal grande que apretaba en su mano derecha; ella, asustada en extremo, no tuvo más alternativa que acceder a las peticiones del bandido: le entregó lo poco que llevaba incluyendo su celular. Lo importante era salvar su vida.
De pronto, providencialmente, cruzó por el lugar un taxista fusagasugueño que notó algo anormal; redujo la marcha del carro y miró con más detenimiento tratando de descubrir lo que realmente sucedía. Todos ellos se encuentran en alerta y listos para reaccionar ante cualquier hecho de estas características convirtiéndose en aliados fundamentales de las autoridades y la ciudadanía en la lucha contra el hampa. Asumieron ese papel valerosa y desprevenidamente.
Se dio cuenta que era un atraco; comunicó de ello a sus compañeros que montaron un “plan candado amarillo” cerrándole cualquier posibilidad de escape al bandido. No se amilanaron a pesar de que el sucio delincuente portaba un puñal de gran tamaño.
Lo acorralaron sobre la carrera octava y allí esperaron la llegada de la Policía que ya había sido alertada sobre todo lo sucedido. El bandido, acobardado, no ofreció resistencia; se arrojó al piso suplicando que no le fuera a hacer nada. Ahora era él al asustado.
Finalmente fue trasladado a la Estación de Policía en donde los agentes comenzaron con el proceso de acopio de pruebas y elaboración del informe necesario en la presentación del caso ante la justicia local.
De momento no se sabe si el delincuente tiene antecedentes.
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